09/May/2024
Editoriales

El ingenio y el valor, buena combinación

Al despacho del magnate petrolero y millonario famoso John D. Rockefeller (1839- 1937), un día se metió un poco que andaba armado. Abrió la puerta del privado del empresario y apuntándole con la pistola le dijo: _ “Señor Rockefeller, le llegó la hora. Tiene usted qué repartir ahora mismo su fortuna entre los pobres o lo dejo tieso aquí mismo”.

El magnate, un tipo de sangre fría, seguro de sí mismo, viéndole a los ojos, conservó la calma y agudizó su ingenio, que no era poco. 

Luego de unos segundos que parecieron eternos a los testigos le dijo: _ Déjeme hacer unos números rápidos delante de usted. Tengo dos mil millones de dólares y en el mundo hay cuatro mil millones de personas, así que, asumiendo que la mitad de la población fuera pobre de solemnidad, a cada uno de ellos le corresponde un dólar…  

El famoso millonario hizo una breve pausa, luego se llevó la mano al bolsillo del pantalón y sacó cincuenta centavos de dólar, se los dio al loco y le dijo: _Aquí tiene usted su primera parte, regrese el viernes por la segunda….