12/May/2024
Editoriales

El motivo de que las Luciérnagas prendan su lamparita mágica es un secreto

Durante mi juventud subía cada vez que se presentaba una oportunidad al Cerro de Chipinque, y la fortuna me permitió hacer algunos trabajos de Ingeniería en el fraccionamiento Olinalá, ubicado en lo alto.

El atractivo principal era ver al oscurecer las luces de la Ciudad alternando con la magia de las luciérnagas que ‘prendían su lamparita’ volando bajito.

Hermoso espectáculo que seguía en mi mente y lo re-vivía en mis sueños felices. 

Esa misteriosa ‘lamparita’ de las luciérnagas es un órgano llamado Fotógeno que puede generar luz y se ubica en la parte inferior del abdomen de este mágico animalito de la clase Insecta.  

No se puede afirmar que esté totalmente estudiado este fenómeno químico, pero todo indica que sucede por la oxidación de una proteína llamada Luciferina en presencia de la encima Luciferasa, proceso que se llama Bioluminiscencia, por medio del cual, este insecto emite una bella luz brillante que eleva sólo un poco la temperatura corporal de la Luciérnaga. 

Y como en su abdomen se generan cristales de ácido úrico, ayudan a difuminar la luz. 

Lo maravilloso es que la Luciérnaga puede – a discreción- prender o apagar la luz en función del oxígeno que deje entrar a su cuerpo. 

Se enciende la luz normalmente al empezar el crepúsculo durante los meses de mayo a septiembre, aunque se puede ver mucho mejor durante el verano. 

La madre naturaleza tiene siempre sorpresas para nosotros. 

Un ejemplo es éste, pues la luz es emitida por la luciérnaga hembra que se coloca encima de la hierba, para atraer al macho. 

Si no fuera así, la supervivencia de la especie peligraría pues el macho puede volar pero la hembra no tiene alas, y lo único que puede hacer es subirse a la hierba para ser más visible a su posible pareja. 

Dios es grande.