En la Segunda Guerra mundial, el general Douglas MacArthur, a sus 62 años de edad, quedó al frente del gobierno militar norteamericano en Filipinas. 

En su toma de posesión le entregaron un libro con los informes de las estrategias utilizadas por los comandantes anteriores y sus resultados.  

Mac Arthur preguntó al asistente cuantas copias había de aquel libro. 

_Seis, contestó el asistente. 

_Bien -dijo el General-, tome las seis copias y… ¡Quémelas todas!. 

“No voy a  atarme a los antecedentes. Cada vez que aparezca un problema, tomaré la decisión en ese momento y de inmediato”. 

La carrera de MacArthur fue muy exitosa; recibió la rendición del Japón en el acorazado “Missouri” en 1945 y fue el administrador de ese país por encargo de la ONU. 

El joven gobernador neoleonés Samuel García, a sus 33 años de edad, no tiene experiencia en el arte de gobernar, pero ha reaccionado rápido cuando se le presenta algún problema de corrupción. 

No está atado a los antecedentes, ni declara el trillado ‘investigaremos hasta llegar a las últimas consecuencias’.

Luego de algunos pequeños traspiés, y las edificantes visitas a las zonas sur y norte del estado, tiene una mejor perspectiva del animal que está montando desde hace seis semanas.   

Ya empieza a gobernar con las licitaciones de una carretera y la adquisición de 800 autobuses que le llevan al centro de las grandes decisiones, es decir, de los grandes intereses económicos.

Veremos si continúa actuando como Douglas MacArtur, sin asesorarse de quienes tienen la experiencia.