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Papa advierte a México que desigualdad lleva a violencia, narcotráfico y exclusión

CIUDAD DE Mí‰XICO  - El Papa Francisco regañó el sábado a los lí­deres de México y los exhortó a combatir la desigualdad que ha engendrado corrupción, narcotráfico y violencia, algunos de los males que carcomen al paí­s latinoamericano.

La corrupción es un flagelo que México sufre a distintos niveles, desde los sobornos que cobran prestadores de servicios a los usuarios hasta millonarios desví­os de fondos cometidos por algunos funcionarios.

La nación ocupa el lugar 95 de una lista de 168 paí­ses en el í­ndice de percepción de corrupción, según Transparencia Internacional.

"La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia", dijo el Papa en un discurso en el Palacio Nacional, sede del Gobierno.

Incluso el presidente Enrique Peña Nieto, su esposa y el ministro de Hacienda han sido señalados de posibles conflictos de intereses en la compra de inmuebles. Aunque ellos han negado los señalamientos, los casos golpearon la imagen del Gobierno.

"A los dirigentes de la vida social, cultural y polí­tica, les corresponde de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino", agregó Francisco frente a Peña Nieto y la plana mayor de lí­deres polí­ticos, de la sociedad civil y diplomáticos.

La corrupción ha propiciado la impunidad en México, donde 120,000 personas han sido asesinadas en medio del combate al narcotráfico durante casi una década y más de 26,000 están desaparecidas.

El sumo pontí­fice llegó el viernes al paí­s y está llevando a millones de fieles católicos un mensaje de aliento en su visita de cinco dí­as, en la que oficiará multitudinarias misas en lugares con alta criminalidad como el sobrepoblado municipio de Ecatepec, o extremadamente pobres como Chiapas.

También llevará su mensaje de paz a Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, que años atrás fue considerada la más violenta del mundo y es punto de tránsito continuo de inmigrantes que persiguen el sueño americano.

CONSUELO ANTE VIOLENCIA

En la tarde, el Papa ofició misa ante decenas de miles de personas congregadas dentro y fuera de la emblemática Basí­lica de la Virgen de Guadalupe, patrona de México, un paí­s donde 93 millones de personas se consideran católicos.

"Deberí­a pedirle (el Papa a la Virgen) que interceda por nosotros para que deposite amor en el corazón de los que hacen mal, de las autoridades corruptas y de los delincuentes", dijo Guadalupe Nava, una abogada de 23 años cuando se preparaba para entrar a la ceremonia.

México fue sacudido en el 2014 por la desaparición de 43 estudiantes a manos de policí­as y sicarios en Guerrero, estado donde está en auge el tráfico de heroí­na hacia Estados Unidos.

Las familias de los jóvenes esperaban poder reunirse con el Papa, aunque hasta el momento no habí­a nada agendado.

Durante la misa, Francisco aludió a esta tragedia así­ como a las miles de familias que lloran por sus hijos desaparecidos o asesinados.

"Dios se acercó y se acerca al corazón sufriente pero resistente de tantas madres, padres, abuelos que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos", dijo.

Más temprano, Francisco exhortó a los obispos del paí­s con el mayor porcentaje de católicos del mundo a ser transparentes e involucrarse en el desafí­o que representa el narcotráfico para la sociedad mexicana, incluida la Iglesia. Varios sacerdotes han sido asesinados y otros amenazados por el crimen organizado.

"Sólo así­ se podrá liberar totalmente de las aguas en las cuales lamentablemente se ahogan tantas vidas, sea la de quien muere como ví­ctima, sea la de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada", dijo.

El Papa agradeció a los obispos lo que hacen por los miles de migrantes que atraviesan México, la mayorí­a desde Centroamérica y en precarias condiciones, para llegar a Estados Unidos, pero no se refirió al tema los casos de pederastia de sacerdotes mexicanos que han sucedido en los últimos años.