22/Nov/2024
Editoriales

Abril 9 de 1914: Ocurre en Tampico un incidente que pudo provocar una nueva invasión norteamericana al territorio nacional.

Abril 9 de 1914: Ocurre en Tampico un incidente que pudo provocar una nueva invasión norteamericana al territorio nacional. Las fuerzas armadas nacionales apresaron a ocho marines norteamericanos por un error. Resulta que el capitán del barco Dolphin –almirante Henry T. Mayo- atracado en el muelle de Tampico, dio permiso para que siete marinos norteamericanos y el encargado de administrar dicha embarcación, bajaran a pasear por el puerto.

El ambiente en Tampico como en casi todo el paí­s era de inquietud, pues el presidente Victoriano Huerta tení­a a una gran cantidad de revolucionarios altamente ofendidos por el cruel asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez. En tal virtud, Huerta habí­a enviado una circular al cuartel general de Tampico, así­ como a todos los puertos en donde llegaran embarcaciones extranjeras y especialmente de Estados Unidos, paí­s con el que deseaba estrechar relaciones su gobierno, puesto que la participación de la Embajada Norteamericana en la revuelta para el cuartelazo de la Decena Trágica habí­a sido determinante.

En dicha circular, ordenaba a las fuerzas armadas mexicanas que no permitieran acercarse a nadie cuando estuviera presente alguna embarcación norteamericana, pues tropas rebeldes estaban incursionando constantemente a los puertos. Así­, el cuartel general de Tampico, al ver que este grupo de norteamericanos se acercaban "peligrosamente" al Dolphin, los confundieron con revolucionarios, aprehendiéndolos y llevándoselos para ponerlos a disposición de la autoridad competente. Allí­, rápidamente se identificaron los marinos y fueron puestos en libertad.

Ipso facto, el representante de Huerta, general Morelos Zaragoza, va personalmente a presentarle disculpas al almirante Mayo, diciéndole que se tomarí­an medidas de castigo a los aturdidos captores de sus marineros. Sin embargo, este almirante Mayo era soberbio como suelen ser muchos oficiales del vecino paí­s, sobre todo cuando con extranjeros y en forma especial si son mexicanos. Así­ que este señor amenazó diciendo que esa aprehensión era un acto hostil contra Estados Unidos, y que no podí­a ser perdonado impunemente.

Le exigió a Morelos Zaragoza que miembros del Estado Mayor mexicano fueran hasta el muelle e izaran la bandera de las barras y estrellas, detonando 21 veces los cañones para recibir sus disculpas, en forma similar a lo que se hace en el ritual con la bandera mexicana. Y en ese mismo momento enví­a un telegrama al presidente Woodrow Wilson, informándole de la conducta de los mexicanos "en contra de los intereses" de su paí­s. Este Wilson al enterarse de la "gravedad" del incidente, convocó a una reunión polí­tica urgente, misma que respaldó al tal Mayo y comenzaron los preparativos para una nueva invasión por Veracruz, pues sabí­an que el usurpador Huerta no las traí­a toda consigo entre la población y sí­ coqueteaba con Alemania para comprarle armas.

En fecha posterior trataremos lo sucedido como colofón de ese incidente, pero la lección es clara: mientras estemos divididos y peleados los mexicanos, con cualquier pretexto las grandes potencias se alistarán para arrebatarnos el territorio que nos queda de la última invasión norteamericana terminada en 1848.