17/May/2024
Editoriales

Entre Samuel y el Bronco hay su diferencia

El joven gobernador de Nuevo León, Samuel García, lleva apenas en su alto puesto un mes y ya ha prometido muchas cosas que todos estaremos al pendiente para verlas en la realidad.

Sus colaboradores tienen el reto de traducir en programas viables las promesas de García con la dificultad de que pocas directrices marcadas por el nuevo mandatario tienen antecedentes registrados.

Pero se debe reconocer que hay un cambio diametral favorable entre el nuevo gobernante y el anterior que nos quiso dar clases de cómo navegar en Facebook montando un caballo; además de echar bravatas y anatemas contra el Congreso del Estado y la Universidad Autónoma de Nuevo León, a cuyos representantes insultó desde el primer día de su mandato.

A los diputados les envió a su maleducado secretario Manuel González con un mensaje de sometimiento al Ejecutivo en un plan ‘de ahora en adelante nomás nuestros chicharrones tronarán’.

Y a los miembros del Consejo Universitario les dijo directamente Rodríguez Calderón que se atrevieran a ‘quitarse los gorritos’ en referencia a los birretes que portan en actos protocolarios. 

Cometió muchas más barbaridades verbales al grado que dejó arraigada la costumbre de hablar en público con maldiciones, pero terminó condenado por la autoridad electoral del delito de desvío de recursos para conseguir firmas en su fallida campaña presidencial.  

En cambio, el nuevo gobernador ha tenido con legisladores y universitarios un trato cordial. Si el lema de su campaña de hacer una ‘nueva política’ y echar fuera a la ‘vieja política´ significa tratar con respeto a todo mundo, nos agrada, a condición de que el trato respetuoso implique no mentir.  

La solución dada a una supuesta invitación del papa Francisco para que fuera a saludarlo porque su esposa se cortó el pelo, no nos convence. 

Ambos estaban sentados en una fila, ni siquiera de pie, y mucho menos en privado como se insinuó a la hora de avisar que saldría del país para asistir a la Cumbre climática en el Reino Unido.

No se necesitaba ‘dorarnos la píldora’, con sólo decir que era importante su participación en Glasgow; tenemos criterio y entendimiento para aceptarlo así, sin exageraciones.  

La nueva política puede ser realmente buena si se cuidan las formas y no permite que se celebren licitaciones amañadas, como esa que se ganó por ¡un peso!, así se haya convocado en el anterior gobierno, pues se debió suspender el fallo.

En fin, está iniciando, y esos detalles, que son de fondo, pueden corregirse.

Le deseamos un buen regreso y que su sexenio sea muy productivo en bien de Nuevo León.