En 1973 la empresa Fundidora Monterrey hizo un esfuerzo para intentar retomar la estabilidad económica perdida por factores internos y nacionales dependientes de los precios de insumos y productos del acero. En la gráfica vemos a Carlos Prieto Jacqué, Carlos Prieto Fernández y Eugenio Soto Velasco, firmando una nueva consolidación de pasivos por mil millones de pesos que, desafortunadamente, no fueron suficientes y a mediano plazo la empresa hubo de cerrar sus puertas dejando sin empleo a miles de obreros. Foto de Crisol del Temple. Texto: LEB
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