Internacional

240.000 manifestantes en la cuarta jornada de movilizaciones contra el pasaporte de vacunas en Francia

Ayer salieron a la calle 240.000 manifestantes en Francia, de los cuales 17.000 en París, según las cifras oficiales del gobierno. Se trata de un nuevo récord para los opositores a los pasaportes sanitario y la vacunación obligatoria de los trabajadores sanitarios.

Tras una gran movilización el 31 de julio, volvieron a hacerlo el 7 de agosto, al día siguiente de que el Consejo Constitucional emitiera su veredicto sobre el proyecto de ley promovido por el gobierno para acelerar la campaña de vacunación en Francia.

Tras reunir a 114.000 manifestantes el 17 de julio, 161.000 el 24 de julio y 204.090 el 31 de juli, siempre según las cifras oficiales, las movilizaciones contra el pasaporte sanitario han alcanzado un nuevo hito al sacar a la calle a más del doble de manifestantes que cuatro semanas antes.

Como en los tres sábados anteriores, se observaron puntos de concentración en casi 200 ciudades, donde volvieron a sonar consignas como “¡Libertad!”, “¡Macron, no queremos tu pasaporte!” o “¡No toques a nuestros hijos!”. Desde los discursos públicos hasta las pancartas reivindicativas, sin olvidar el himno nacional cantado espontáneamente varias veces en algunas marchas, esta nueva jornada de movilizaciones se desarrolló en buenas condiciones en general, con la excepción de algunas tensiones efímeras en la capital y de algunas refriegas en otras ciudades como Lyon y Toulouse.

En París se celebraron cuatro manifestaciones. En una de ellas el diputado de Essonne Nicolas Dupont-Aignan animó a los franceses a “apoyar a los que resisten”. A menos de un año de las elecciones presidenciales, el fundador de Francia en Pie también llamó a la población a “echar al oligarca [Macron] que está matando el espíritu de Francia”.

En otra manifestación François Asselineau, presidente de la Unión Popular Republicana, declaró que el pasaporte sanitario “no es algo científico, es algo político. Los franceses han comprendido que lo que hay detrás es una evolución de la sociedad hacia un control social cada vez mayor”.

A lo largo de la semana Asselineau ha recordado que Pfizer tiene “una larga historia de corrupción y fraude” y que financió al Partido Socialista francés clandestinamente.

Es algo conocido. Fue destapado por el antiguo ministro de Hacienda, Jérôme Cahuzac, en 2016. Interrogado durante su juicio por fraude fiscal sobre los pagos de Pfizer a una cuenta abierta en Suiza en 1992, Cahuzac admitió que en 1993 se habían realizado “dos pagos de los laboratorios Pfizer” para la financiación de los socialistas.

El dinero estaba destinado a financiar las actividades del Primer Ministro, el socialista Michel Rocard. “El dinero no pudo salir de las cuentas oficiales del laboratorio”, añadió Cahuzac durante su juicio.

No es de extrañar que los reformistas y la izquierda domesticada sean los principales sostenes de las medidas aprobadas durante la actual pandemia.