Internacional

El expresidente yemení Saleh llama a movilizarse en la frontera saudí

Saná - El expresidente yemení­ Alí­ Abdalá Saleh, aliado de los rebeldes chií­es hutí­es, llamó este domingo a la movilización en la frontera con Arabia Saudí­ para "vengar" a las ví­ctimas de los ataques de la coalición árabe liderada por Riad, que apoya a las fuerzas leales al actual Gobierno.

"Llamo a las fuerzas armadas y a los comités populares a que se dirijan hacia el frente de guerra en la frontera para vengar a nuestras ví­ctimas", declaró Saleh en una alocución ante cámaras de televisión, al dí­a siguiente de que al menos 140 personas murieran en los ataques aéreos de la coalición árabe sobre la capital yemení­, Saná, controlada por los rebeldes.

Utilizando un tono beligerante en relación al régimen saudí­, el exjefe de Estado exhortó a sus compatriotas a "hacer frente a esta flagrante agresión tiránica con todos los medios".

"El ministerio de Defensa, el estado mayor y el ministerio del Interior tienen que tomar las disposiciones necesarias para acoger a los combatientes en las lí­neas del frente en la frontera en Najran, Jizan y Asir", las tres provincias saudí­es fronterizas con Yemen, afirmó.

Saleh, que sigue siendo muy influyente en su paí­s, cuatro años después de haber dejado el poder por la presión de las protestas populares, instó al Consejo de Seguridad de la ONU a "tomar decisiones restrictivas para poner fin a esta agresión de barbarie de los Al Saud (la familia que reina en Arabia Saudí­) y de sus aliados".

La coalición árabe, dirigida por Arabia Saudí­ y formada por otros ocho paí­ses árabes, intervino en marzo de 2015 en Yemen para frenar el avance de los rebeldes hutí­es y sus aliados, los partidarios de Saleh, frente a las tropas leales al gobierno reconocido por la comunidad internacional.

Arabia está de nuevo en el punto de mira tras la masacre en Saná, que llevó a EEUU a distanciarse de Riad. Un bombardeo alcanzó de lleno una importante ceremonia funeraria en la ciudad, controlada por los rebeldes chií­es, indicó la ONU. En el ataque, también resultaron heridas 525 personas, según el último balance.

La coalición árabe, dirigida por Arabia Saudí­, negó en un primer momento cualquier implicación en los bombardeos, pero más tarde, durante la noche, anunció una investigación "inmediata". Este ataque fue denunciado por Washington, Teherán, la Cruz Roja y el coordinador de asuntos humanitarios de la ONU en Yemen.

EEUU, aliado de Riad, afirmó que estaba "profundamente preocupado" y anunció que revisarí­a su respaldo a la coalición árabe, un apoyo que se ha ido reduciendo en estos últimos meses.

La cooperación "con Arabia Saudí­ en materia de seguridad no es un cheque en blanco", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price.

Las relaciones entre Washington y Riad se han ido deteriorando en estos dos últimos años, especialmente desde el inicio del acercamiento entre Estados Unidos e Irán.

El objetivo de la coalición árabe es restablecer la autoridad del gobierno yemení­ reconocido por la comunidad internacional en todo el paí­s, controlado en parte por los rebeldes chiitas hutí­es, que se apoderaron de Saná hace dos años.

Alí­ Abdalá Saleh asiste a una ceremonia para celebrar el primer aniversario del traspaso de poderes, el 27 de febrero del año 2013 en Saná

AFP/Archivos - Mohammed Huwais

Irán, que apoya a los hutí­es, reaccionó rápidamente al bombardeo. El portavoz del ministerio iraní­ de Relaciones Exteriores, Bahram Ghasemi, "condenó con firmeza los ataques" saudí­es, calificándolos de "crimen espantoso contra la humanidad".

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exigió por su parte una investigación "rápida e imparcial", añadiendo que los responsables tendrán que responder ante la justicia, en un comunicado.

- Ví­ctimas colaterales -

Desde el inicio del conflicto actual en marzo de 2015, cientos de civiles han sido ví­ctimas colaterales de los bombardeos atribuidos a la coalición árabe.

En un comunicado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se dijo "horrorizado" por estas nuevas pérdidas "monstruosas" de vidas civiles. Robert Mardini, su director para Oriente Medio, informó que el CICR hací­a todo lo máximo para aportar su ayuda. Entre otra medidas, habí­a enviado "300 bolsas mortuorias " para evacuar los cuerpos.

El coordinador de asuntos humanitarios de la ONU en Yemen, Jamie McGoldrick, también condenó el ataque. "La comunidad humanitaria de Yemen está conmocionada y escandalizada por los bombardeos contra una sala pública donde miles de personas participaban en una ceremonia funeraria".

Estas personas acudieron a las exequias para presentar su pésame por la muerte del padre del ministro de Interior rebelde, Jalal Al Ruishen.

El alcalde de Saná, Abdel Qader Hilal, figura entre los fallecidos, informó la cadena de televisión de los rebeldes, Al Masirá. No se excluye que otros altos cargos rebeldes perdieran la vida en la matanza.

"Un avión lanzó un misil y minutos después otro avión atacó" el edificio, dijo un testigo a la AFP, identificado con su nombre, Mujahid.

El gobierno yemení­, que tuvo que huir del paí­s en febrero de 2015, intenta actualmente ganar terreno con el apoyo de la coalición árabe. Consiguió reforzar sus posiciones en el sur, pero tiene problemas para reconquistar las regiones del norte.

En agosto, fracasaron las negociaciones interyemení­es en Kuwait, auspiciadas por la ONU, para alcanzar un acuerdo polí­tico.

El viernes, el enviado de la ONU, Ismail Uld Sheij Ahmed, habí­a sugerido la posibilidad de instaurar una tregua de 72 horas, pero esto fue antes de la matanza de Saná.

El ataque "no permanecerá impune", advirtió el Consejo polí­tico supremo, creado recientemente por los hutí­es y sus aliados, los partidarios del expresidente Ali Abdalá Saleh. El exmandatario hizo un llamamiento a sus seguidores para "utilizar todos los medios para responder a este crimen".