11/May/2024
Editoriales

Confesión: me gusta más el ‘cruasán’ o ‘croissant’ que el pan francés

Se trata de un símbolo de Francia. Todos los países tienen platillos y panes típicos, y el Cruasán (Croissant) es el pan francés por excelencia. Pero poco se dice que este delicioso pan nació en Viena. Tampoco es del conocimiento popular que su nombre y forma es el de la luna creciente, algo que, paradójicamente, es un emblema musulmán. Resulta que en 1683, los terribles guerreros otomanos habían sitiado a la ciudad de Viena -la rodearon con una zanja tipo trinchera en donde estaban escondidos los soldados del Imperio Otomano, y tras varios meses de asedio, un día cualquiera la ciudad rompió el cerco. Y la misma noche que triunfaron, el pastelero vienés, Peter Wender inventó el pan Croissant, para festejar comiéndose al símbolo de los vencidos. En Francia se retomó la idea y sólo fue adecuada a su cocina, pues la masa para elaborarlo, es hojaldrada y se le agrega mantequilla. En 1863 fue publicada la nueva versión del diccionario francés Littrè, en donde debutó este nombre (croissant) que llegó para quedarse en el país galo. Así que su llegada a México es solamente una de las consecuencias de las invasiones francesas, la Guerra de los Pasteles (1838 - 1839 ), y la intentona de convertir a México en una monarquía encabezada por Maximiliano de Habsburgo que se llevó a cabo entre 1862 y 1867.

En Monterrey se le conoce como ‘pan francés’ no al cruasán, sino al bolillo o birote que elaboraba un panadero francés cuyo horno estaba por la calle de Allende, a un paso de la calle Del Roble o calle Juárez y era muy apreciado -el pan y el panadero-, de donde proviene el nombre de pan francés que se consume en nuestra Ciudad. No me explico cómo es que me gusta más desayunar con pan cruasán que con nuestro rico pan francés. Qué pena.