Este genio de la pintura fue tildado de loco en 1888, cuando se cortó la oreja derecha. Sin embargo, investigadores médicos actuales que han reexaminado los manuscritos del artista en los que describe su enfermedad, han llegado a concluir que padecía la enfermedad de Menière, que es una acumulación de líquido en el oído interno que altera el equilibrio de quien la sufre.
Esta afección no era cabalmente entendida en aquellos tiempos, y era común que se confundiera con locura o cuando menos con la epilepsia. Vincent estuvo en un asilo dando la impresión de que estaba loco, y podríamos decir que sí lo estaba, pero por el dolor de oídos. Estos dolores tan intensos fueron posiblemente los que le llevaron a suicidarse disparándose un tiro en 1890. Sin embargo, nada demerita su obra, pues sus cuadros han roto los récords de las pujas en las mejores subastas del mundo.