Internacional

El coronavirus impone mascarillas y guantes en una inédita Ashura en Irak

La Ashura conmemora el martirio en 680 del imam Husein, nieto del profeta Mahoma, un acontecimiento fundador del islam chiita.

Normalmente, millones de chiitas llegados de todo el mundo convergen hacia la cúpula dorada del imam Husein en Kerbala, en el centro de Irak, donde oran y lloran juntos.

Pero este año la pandemia ha cambiado las costumbres.

“Esto no tiene nada que ver con las conmemoraciones que reunían a millones (de personas) durante los años anteriores”, declaró Fadel Hakim, cerca de la cúpula dorada.

Solamente pequeños grupos de peregrinos están reunidos en la explanada frente a la mezquita, vestidos de negro en señal de duelo, como lo impone la tradición durante la Ashura, y todos portan mascarillas de protección.

Los empleados limpian con desinfectante y distribuyen las mascarillas. Antes de acceder al mausoleo, se toma la temperatura a los peregrinos.

Orar en soledad

En el interior, se han colocado marcas en la moqueta para que sea respetada la distancia física durante la oración.

Sin embargo, en el enclave donde está enterrado el imam Husein, los peregrinos posan sus rostros sin mascarillas en el enrejado que los separa del mausoleo.

Varios visitantes, con el rostro perlado de lágrimas, se limpian la cara con sus manos desnudas, un medio de propagación del virus.

Muchos de ellos también se concentraron en círculos estrechos mientras se autoflagelaban.

Durante la tarde, los fieles interpretaron el martirio del imam Husein, muerto en manos de las tropas del califa omeya durante una batalla en el desierto de Kerbala, y luego empezó una procesión de peregrinos hacia la cúpula dorada, bajo una fina lluvia de gel desinfectante.

“Este años demostraremos al mundo entero que la peregrinación al mausoleo del imam Husein es como un milagro. Si Dios quiere, no habrá ningún caso de coronavirus”, afirmó Mohamad Abdulamir, un peregrino sin mascarilla.

El año pasado unas 31 personas murieron en una avalancha durante la Ashura.

No obstante, el número de peregrinos es mucho más reducido que en los años anteriores, ya que las autoridades gubernamentales y los dignatarios religiosos de Irak, Irán o del Golfo han instado a llevar a cabo peregrinaciones virtuales y a celebrar en casa las conmemoraciones.

El Irán chiita es el país de Medio Oriente más golpeado por la pandemia, con más de 20.000 muertos.

Para la Ashura, el gobierno iraní ha prohibido las procesiones tradicionales, las ceremonias en espacios cerrados y las representaciones musicales o los banquetes, optando por divulgar por televisión los ritos religiosos.

Incluso el guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei, rezó en solitario, según imágenes publicadas por su oficina en las que aparece portando una mascarilla en una mezquita de su lugar de residencia.

En Afganistán y en Pakistán, las autoridades informaron que se ha producido un descenso en la aparición de nuevos casos de nuevo coronavirus, pero que su primera prioridad es la seguridad, pues la Ashura ha coincidido a menudo con sangrientos atentados contra los chiitas.

En Karachi, sur de Pakistán, unas 10.000 personas participaron en una gran ceremonia, practicando muchos de ellos un ritual de autoflagelación, indicaron los organizadores.

Las autoridades de Baréin pidieron a los fieles que den su sangre en lugar de hacer estos rituales masivos, y las distribuciones de comida también fueron substituidas por repartos a domicilio.

Curarse, no enfermar

Aunque muchos fieles han decidido celebrar la Ashura en familia, ha habido miles que han optado por participar en procesiones.

“No es posible estar infectado por el virus” dice Israr Husain Shah, un chiita de Islamabad. “La gente viene más bien para curarse y protegerse”.

En Líbano, país sumido en una profunda crisis, el Hezbolá instó a evitar las grandes aglomeraciones con motivo de la Ashura. Los fieles son invitados a seguir las conmemoraciones en línea o vía los medios vinculados al movimiento chiita.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó la semana pasada sobre un alza de casos de covid-19 a un “alarmante ritmo” en Irak, país con un frágil sistema de salud y que ya registró más de 6.200 muertos.