Alfonso Martínez Domínguez, de quien celebramos el centenario de su natalicio fue un hombre sin preparación académica. 

Pero cuando gobernó el estado sorprendió a propios y extraños con sus conocimientos en las diversas áreas de la administración, como legislación, justicia, política, salud, infraestructura...

Vale aclarar que AMD no cursó estudios en aulas universitarias, pero gracias a su afición por la lectura sabía muchas cosas.

Leer mucho le convirtió en autodidacta y su sensibilidad le permitió gobernar muy bien. 

Sin embargo, a pesar de su capacidad era común verlo consultando a los expertos, aunque en muchas ocasiones terminaba examinándolos. 

Desde luego que Martínez Domínguez no es el único ejemplo de autodidactas, han existido grandes personajes en otras latitudes como Antoni van Leewenhoec (1632-1723) quien fue originario de Delft, Países Bajos.

Este señor era un exitoso comerciante de telas que, sin estudios, era dueño de una gran y evidente inteligencia. Por ello fue invitado por el Lord Regente de Delft, a ser chambelán, agrimensor e inspector controlador de vinos para el ayuntamiento de su ciudad natal holandesa. 

Aceptó el pomposo cargo y pronto vio que le sobraba tiempo del día, así que se aficionó a los microscopios, que terminó desarmándolos y armándolos con sus propias manos. 

Empezó a modificarlos hasta que construyó uno que aumentaba 250 veces la escala visual. A pesar de no tener formación académica descubrió: los glóbulos sanguíneos, los espermatozoides, los protozoos, las levaduras y lo que después se llamarían bacterias. 

La historia de Leewenhoec ha sido muy estudiada para entender cómo le hizo para realizar esos enormes descubrimientos, pues en aquel tiempo había muchos prejuicios anatomistas que impedían investigar libremente. 

Hoy es considerado el precursor de la biología experimental, de la microbiología y de la biología celular.

Tal vez si Alfonso Martínez Domínguez hubiera pasado por las aulas universitarias no hubiera construido la Macroplaza, el Plan Hidráulico, las leyes de protección a la madre y a los infantes, y no hubiera entregado la tesorería del estado sin un peso de deuda.