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G20: egoísmo nacional y objetivos globales

Hace dos años, todos los estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a contribuir a mejorar el desarrollo económico, ecológico y social global. ¿Lo están llevando a cabo?

 En la jerga de las Naciones Unidas, las metas a seguir se llaman "Objetivos de Desarrollo Sostenibles" (ODS). La Agenda 2030 exige tanto a los paí­ses industrializados como en ví­as de desarrollo a cumplir con sus responsabilidades globales. Sin embargo, el egoí­smo nacional y la carencia de compromiso de los paí­ses industrializados amenazan con poner en peligro dichas metas. Y es que la Agenda 2030 se tambalea, según los autores del índice de ODS.

Los paí­ses industrializados no predican con el buen ejemplo

Los investigadores del análisis se muestran crí­ticos con los paí­ses industrializados: Por un lado, los miembros de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, cojean a la hora de cumplir los objetivos en sus propios paí­ses. Por otro lado, estos ocasionan con frecuencia costes a los paí­ses en ví­as de desarrollo y emergentes debido al consumismo, a la insuficiente contribución económica a la cooperación al desarrollo y a la protección de paraí­sos fiscales. Estos efectos colaterales frenan a los paí­ses más pobres a la hora de lograr sus objetivos hasta 2030.

El índex ODG actual compara 157 paí­ses. Los paí­ses escandinavos son los que más cumplen lo pautado: Suecia en el primer puesto, seguido de Dinamarca y Finlandia. Estados Unidos se halla en el puesto 42, China en el 71 y Alemania en el 6. Los peor situados son africanos: República de ífrica Central, Chad o la República del Congo.

Los autores critican sobre todo a los paí­ses industrializados que, a pesar de su riqueza y desarrollo tecnológico, están muy lejos de alcanzar los objetivos.

Los perjudicados: los paí­ses pobres

Pero también las exportaciones de armas suponen costes sociales y económicos para los paí­ses terceros. Se puede comprobar con claridad en los conflictos de las regiones en crisis, donde dichas armas pueden reforzar tales conflictos. Israel, Rusia y Noruega son los mayores exportadores de armas, pero también Estados Unidos, Francia y Alemania.

La arquitectura financiera internacional ha afectado negativamente a los objetivos de desarrollo, según el estudio realizado por la Fundación Bertelsmann y en coperación con una agencia de las Naciones Unidas, Sustainable Development Solutions Network (SDSN). El dinero de las arcas públicas de paí­ses en ví­as de desarrollo que fluye hacia los paraí­sos fiscales, falta en los paí­ses de procedencia. Gran Bretaña, según el í­ndice, origina los costes más altos por la protección de paraí­sos fiscales. Suiza es el paí­s menos transparente en cuestión de negocios financieros, porque permite, por ejemplo, las cuentas bancarias ilegales.

Otro efecto negativo es la carencia de financiación a la cooperación internacional al desarrollo. Solo seis paí­ses de la OCDE desembolsan lo pautado, el 0,7% de su PIB: Suecia, Noruega, Luxemburgo, Dinamarca, Holanda y Gran Bretaña. Alemania solo el 0,5%.

Alemania entre los diez primeros

Alemania, sexta en el ranking, sobresale en educación e infraestructura. En el ámbito educativo está situada en tercer lugar, tras Gran Bretaña y Canadá. Esta buena nota se debe a la larga experiencia en formación escolar universal y a la reducida cuota de analfabetismo. También en ví­as de transportes o inscripción de patentes Alemania saca músculo: 69 registros de patentes por millón de ciudadanos; en Estados Unidos, 45.