05/May/2024
Editoriales

Lic. Alejandro Junco de la Vega

Director General del periódico El Norte

Presente. 

                                                                                     Monterrey, N. L. a 27 de julio de 2022

 

Don Alejandro, a partir de abril de 1922 que salió a la luz pública en nuestra Ciudad el periódico El Sol, y en 1938 El Norte, sus cotidianas informaciones, especialmente las del segundo de ellos que lidera a sus homólogos, son muy apreciadas.

Tan distinguido sitial refleja la confianza que los regiomontanos tenemos en sus publicaciones; la prueba es que muchos, cuando les llega por las redes sociales una noticia, no la retransmiten a sus contactos hasta cotejarla con la versión de El Norte.

Desde luego que este reconocimiento social es la cosecha luego de sembrar por casi un siglo informaciones serias en todos los rubros algo que de suyo, es laudable. 

Seguro estoy que usted valora esto, y sabe la responsabilidad que conlleva porque el lector confía plenamente en su profesionalismo. 

Sin embargo, señor Junco de la Vega, me atrevo a solicitarle que pondere la posibilidad de regular o de plano cancelar los comentarios del público a las notas informativas, porque desafortunadamente se ha venido distorsionado la esencia de esa potestad del lector, especialmente en las notas rojas.

En días pasados fui testigo de las reacciones de varios lectores ante la noticia de una persona ejecutada que iba en su vehículo, a manos de unos desconocidos.

Responsablemente el periódico no publicó el nombre de la víctima, sin embargo, en los comentarios algunos lectores lo identificaron, lo acusaron, lo juzgaron, lo condenaron y hasta festejaron que lo hubiesen asesinado.

Pero la persona a la que se referían esos comentarios no era el ejecutado.

No es necesario explicar lo que debieron sentir él y su familia, pues la saña en los comentarios sólo aporta odio, que en nada contribuye a la paz social cuando nos asechan grandes tragedias como la sequía, pandemias, violencia, y contaminacion ambiental.

Esos lectores que afortunadamente son los menos, actúan así porque se saben impunes al ser protegidos por el anonimato, pues se permite que firmen con un pseudónimo.

Le agradezco el tiempo dedicado a este texto que no tiene más interés que buscar cómo disminuir algo la tensión que tenemos todos con los apocalípticos males que nos aquejan.