08/May/2024
Editoriales

Y la epidemia sí estaba en el agua

Por más que digan las autoridades que la pandemia está en fase de control, hay aún graves peligros de contagio. 

Las cifras oficiales dicen que por el Covid ayer murieron en el país 611 personas, y localmente se continúa en el rango de medio centenar de defunciones diarias.

Pero las medidas de seguridad se siguen relajando; se están abriendo casinos, y centros sociales, viéndose cada vez más gente sin cubrebocas, porque “ya está controlándose la pandemia”, creyendo que la peligrosidad del contagio también está disminuyendo.

La condición humana incita a rebelarse ante las restricciones de las libertades -que en el fondo las medidas sanitarias lo son-, y más cuando el presidente y el vocero de salud aparecen en TV sin tapa bocas. 

Pero debemos ubicarnos, si estas emergencias no se tratan con respeto cobran muy caro, 

y no son un asunto exclusivo nuestro, ni siquiera de estos tiempos. 

El caso del novelista inglés Arnold Bennet, autor de la famosa novela Cuento de ovejas (The Old Wives’Tale) es ejemplar. 

Era un hombre de luces intelectuales con proclividad a formar toda una tesis de cualquier evento que se le presentara, y no acatar las prevenciones terminó costándole la vida. 

Bennet murió en su casa de Londres en 1931 cuando acababa de regresar de París.

En su última convivencia con sus amigos parisinos fue a un bar, en donde escuchó a alguien decir que el agua de la llave estaba contaminada, pues en la Ciudad Luz había en ese momento una epidemia de Tifus.

El escritor inglés, que ya traía unas copitas encima, intervino asegurando que no, que el Tifus no se transmitía por el agua, y como le contradijeron, provocó un leve escándalo -algo que le agradaba- al beber un vaso de agua de la llave, para demostrar a los “incultos parisinos” que el tifus no se propagaba en el agua.

Lo que no sabía Bennet es que existen dos clases de Tifus, el endémico, que se transmite por parásitos como los piojos; y el Tifus cuyo reservorio es el humano que se contagia por la vía fecal - oral por medio del agua contaminada.

El combate a la pandemia del Covid, no necesita que nuestras autoridades demuestren que su tesis de andar sin cubrebocas es la correcta.

Mientras encuentran el camino para adquirir una vacuna, sea rusa, china, inglesa o norteamericana, urge que aparezcan en los noticiarios con el tapa bocas puesto, para que los “expertos” en pandemias dejen de improvisar remedios que no pueden llevarnos sino al hospital o al crematorio. Por favor, no se aferren a una tesis equivocada, como el novelista inglés que comentamos.