En todo el mundo, especialmente en nuestro país, hay ejemplos de funcionarios públicos que nunca trabajaron fuera del gobierno y al morir trasciende que durante su vida acumularon una gran fortuna.

Eso molesta a la gente porque si alguien tuvo la oportunidad de ser un servidor público, debió corresponder haciendo bien las cosas y actuando honestamente.

Desde luego que esto vale para los actuales y tampoco es una novedad. 

Al respecto, la historia registra que Bión de Borístenes, un filósofo escéptico griego del siglo III adC, dijo:_Estará bien regido el pueblo cuyos gobernantes no abandonen su cargo ni más ricos ni más pobres de lo que eran cuando lo iniciaron, sino únicamente más ilustres.

Siglos después, en México, el presidente Benito Juárez también lo dijo en otras palabras: los funcionarios deben vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado.

Es una pena ver ejemplos de funcionarios que se enriquecen hasta el tope, los apresan y aún así continúan degustando cenas en restaurantes de súper lujo.