06/May/2024
Editoriales

¿Quiere saber cómo será su futuro?

Todos quisiéramos saber cuál será nuestro futuro, pero la mayoría entiende que eso es imposible. Sin embargo, existen personas que no se conforman con leer horóscopos, sino que transitan caminos diversos en sus intentos de conseguir la información del tiempo venidero.

 En la antigüedad, las profecías emanadas del Oráculo tenían en Grecia un nivel de certidumbre tal, que grandes epopeyas fueron modificadas de acuerdo a las recomendaciones de este lugar sagrado de Delfos, que se ubicaba junto al monte Parnaso y que era el más prestigiado del mundo. Aunque las consultas no fueran para preguntar lo que acontecería en el futuro, se suponía que siguiendo la voluntad de los dioses se obtendría el triunfo en las actividades consultadas.

 Existe una lista enorme de objetos y acontecimientos usados como medios de adivinación del futuro, y estas son algunas de esas curiosidades; todas se han usado en diferentes épocas de la humanidad:

 Aeromancia: observación de los fenómenos atmosféricos. Alfitomancia: ingesta de una tarta de centeno cocinada de manera especial. Austromancia: mediante el estudio de los vientos. Botanomancia: encendido de ramas de verbena o brezo blanco. Calcomancia: interpretación de los tonos que se obtienen golpeando un recipiente de cobre o latón. Ceromancia: observando figuras de cera derretida al mezclarse con agua. Cresmomancia: mediante el lenguaje de una persona que desvaría. Cromniomancia: observación del crecimiento de unas cebollas especialmente preparadas. Dafnomancia: sonido de las hojas de laurel al ser quemadas. Enomancia: color, aspecto y sabor de los vinos. Escapulomancia: mediante las marcas en los omóplatos de un animal. Esciomancia: tamaño, forma y cambios de aspecto en las sombras de los muertos. Esplancomancia: examen de las vísceras de animales sacrificados. Felidomancia: mediante la conducta y acciones de los gatos. Filorodomancia: ruido de los pétalos de rosa al ser estrujados entre las manos. Floromancia: mediante el estudio de las flores o plantas. Gelomancia: mediante la interpretación de la risa histérica. Giromancia: mediante los murmullos de los que están exhaustos después de una danza ritual. Halomancia: lanzamiento de sal al fuego. Hipomancia: la observación del modo de andar de los caballos en procesiones ceremoniales. Ictiomancia: observación de los peces, vivos o muertos. Litomancia: mediante el reflejo de una vela en piedras preciosas. Lincomancia: observación de las llamas de tres velas que formen un triángulo. Macaromancia. mediante espadas, dagas y cuchillos. Margaritomancia: mediante la acción de una perla encantada en un recipiente cerrado. Metapomancia o Metoposcopia: mediante las líneas de la frente de una persona. Miomancia: sonidos, acciones o apariciones repentinas de ratas y ratones. Nefelomancia: mediante el movimiento y forma de las nubes. Ofiomancia: estudio de las serpientes. Onfalomancia: mediante la contemplación del propio ombligo. Onicomancia: el reflejo del sol en las uñas. Oniromancia: interpretación de sueños y visiones nocturnas. Ovomancia: observación de las formas que adopta la clara de huevo al ser vertida en el agua. Podomancia: estudio de las plantas de los pies. Selenomancia: mediante las fases y el aspecto de la luna. Sicomancia: mediante el secado de hojas de higuera. Sideromancia: mediante las formas que adopta la paja seca al ser vertida en hierro caliente. Tiromancia: mediante la coagulación del queso. Transtaumancia: mediante acontecimientos vistos u oídos por casualidad. Uromancia: mediante el examen de la orina. Xilomancia: interpretación de ramas caídas de los árboles o de las posiciones de los troncos al arder en una hoguera. Zoomancia: mediante leyendas de animales imaginarios, como los monstruos marinos. 

 

 Ser aficionado a cualquiera de estos medios adivinatorios no es vergonzante, sólo podría calificarse acaso, como ingenuo.