06/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 9 de 1982: entra México en una espiral inflacionaria generada por la turbulencia económica de una gran devaluación del peso frente al dólar. El presidente López Portillo anunció medidas emergentes para atenuar sus efectos, absorbiendo el 42% de la pérdida cambiaria sufrida por las empresas, además de combatir la inflación, crear empleos y controlar el precio de mil 500 productos. Dos días después se requisó a la empresa TELMEX, acción preventiva hasta el 30 de abril, para controlar el inminente paro de labores convocado por su sindicato. Sin embargo, las exigencias de incrementar los salarios seguía creciendo y el 17 de marzo estalló un paro laboral de 100 mil maestros en los estados de México, Morelos y Guerrero. Para acabar de complicar todo, el 29 de marzo sobrevino una fuerte erupción en el volcán Chichonal -en los límites de Tabasco y Chiapas-en un momento político delicado.

Desde el 5 de enero, López Portillo había llamado a la población a racionalizar la gasolina, después de que había dicho tres años antes que debíamos ‘prepararnos para administrar la abundancia’, cuando los precios del crudo estaban en las nubes. El PRI había postulado a Miguel de la Madrid para suceder a JLP, y su campaña estuvo llena de sobresaltos económicos, pues López Portillo tomaba una y otra vez medidas radicales, porque los precios del petróleo se desplomaron. En febrero 17 el Banco de México se retiró del mercado cambiario, dejando flotar al peso, mientras se gestionaban créditos de emergencia ante el BID y el Banco de Fráncfort. Ciertamente De la Madrid se alzó con la victoria porque el PRI tenía una estupenda estructura electoral, y el candidato del PAN; Pablo Emilio Madero no prendió entre el electorado nacional, pero De la Madrid hubo de enfrentar un escenario económico desastroso. 

Vivimos una pesadilla que podría repetirse ahora con los efectos de la Pandemia pues son demasiadas las pequeñas empresas que han quebrado y hacen falta apoyos gubernamentales. Adicionalmente enfrentamos fuertes problemas de inseguridad que, ya sumados al creciente número de defunciones entre la clase trabajadora, y la división -inducida- de la sociedad mexicana, nada bueno se advierte en la materia económica.  El presidente López Obrador debe actuar con precaución, pues esto es muy serio.