05/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 13 de 1325: Funda la Tribu de los mexicas en un islote, la ciudad de Tenochtitlan (hoy Ciudad de México), que llegaría a ser una de las más hermosas de todos los tiempos y de todas las civilizaciones. Su cronista Tezozomoc, en su crónica Mexicáyotl escribió: “Llegaron entonces allí donde se yergue el nopal. Cerca de las piedras vieron con alegría cómo se erguía un águila sobre aquel nopal. Allí estaba comiendo algo, lo desgarraba al comer. Cuando el águila vio a los mexicas, inclinó la cabeza. De lejos estuvieron mirando al águila, su nido de variadas plumas preciosas, plumas de pájaro azul, plumas de pájaro rojo, todas plumas preciosas; también estaban esparcidas allí cabezas de diversos pájaros, garras y huesos de pájaros…”. Estos mexicas eran los elegidos por Huitzilopochtli, y les tocaba sujetar a la multitud de pueblos, recibir sus tributos, y enriquecer su propio ser con los que antes eran fuerza y destino ajenos. Esta versión la publica Miguel León-Portilla en su libro ‘México-Tenochtitlan: su espacio y tiempo sagrados’. Y así lo hicieron los mexicas, cobrando tributos se enriquecieron y construyeron la gran Ciudad. Hay cierto paralelismo entre las diversas civilizaciones dominantes alrededor del mundo que, adecuadas a su propia idiosincrasia, dicen recibir un llamado de sus divinidades para dominar a sus vecinos, y hacerse de sus riquezas -como es el caso del “Destino Manifiesto” de Estados Unidos-. Los mexicas habían peregrinado desde Aztlán-Chicomostoc, y al llegar al altiplano hubieron de vencer antes de escalar al liderazgo de la región, a los tepanecas de Azcapotzalco, en 1431. Así que, entre 1325 y 1431, estuvieron callados consolidando su poder, hasta poder enfrentar con éxito a los tepanecas, lo que sucedió en el año de 1431, que inició su hegemónico señorío.