05/May/2024
Editoriales

La fiesta brava y los derechos individuales

Antes de iniciar debo declararme aficionado -villamelón- a la Fiesta Brava. 

Actualmente se cuestiona la existencia de las corridas de toros, aduciendo que en ellas se aplica un maltrato a los animales. 

En los países taurinos de España, México, Colombia, Portugal, Perú, Ecuador, Venezuela y Francia, se ha legislado prohibiendo su realización en algunas plazas.  

Se debe reconocer que la corriente anti taurina está formada por individuos y colectivos de buena fe que han promovido la suspensión de esta actividad privando a los aficionados de la posibilidad de disfrutar la fiesta brava.  

No invocaré en defensa de las corridas de toros el aspecto económico de quienes viven de esa actividad, ni el ‘derecho histórico’ de los taurófilos, ni el de existencia de los toros de lidia, especie que no compite con otras en ningún aspecto diverso.

Sólo referiré que los toros y las corridas de toros llegaron a México con los españoles. 

La primera corrida de la Nueva España fue el 24 de junio de 1526, celebrando el Día de San Juan, y el retorno de Cortés que venía de una larga expedición de Las Hibueras, hoy Honduras. 

En cada ocasión especial se organizaba una corrida de toros: cuando los reyes españoles accedían al trono, o llegaba un nuevo virrey, o en festejo de algún santo grande, salían al ruedo a jugarse la vida los propios nobles españoles, quienes la hacían de toreros. 

Las plazas de toros estaban en los lugares más céntricos de la Ciudad, como la Plaza Mayor, y entre otras locaciones, la plaza Guardiola (frente a donde está hoy el edificio de Sanborn’s azulejos). 

Las corridas de toros son parte de nuestra cultura, y la afición sigue siendo grande, aunque, ya lo decíamos, el movimiento anti taurino considera brutal el maltrato a los toros y la fiesta brava; por esa y otras razones, va perdiendo terreno. 

En nuestra entidad por largos siglos la única fiesta popular fueron las corridas de toros, que se realizaban en improvisadas plazas (como en la Plaza Zaragoza) a las que asistían quienes buscaban un solaz que les permitiera saludar a lo más granado de la sociedad reinera.

De Nuevo León han salido al mundo de la tauromaquia grandes figuras como Eloy Cavazos, Manolo Martínez y Lorenzo Garza, cuyas estatuas se encuentran en la Plaza de los Matadores, ubicada por la calle Zaragoza lindando al sur con el Templo del Sagrado Corazón, y al norte con la Plaza de los Desaparecidos, en la Macroplaza de Monterrey.

Hace unos días, en Madrid festejaron a Eloy Cavazos por el quincuagésimo aniversario de su histórica corrida en la Plaza de Las Ventas, saliendo en hombros por la puerta grande del icónico ruedo.   

Opino que se debe respetar el derecho del público a disfrutar de una corrida de toros, así como se respeta a quienes no les agrada la fiesta brava, y como igual se respeta a los consumidores de la cannabis para fines lúdicos ahora que ya es legal, al menos así lo anunciaron, aunque no he visto tal modificación en la Ley General de Salud.  

Si es que no la han aprobado, están cerca de hacerlo, y de ninguna forma será obligatorio consumirla. Intento decir que las libertades son los derechos de todos a hacer, consumir y degustar de todas las actividades legales.