05/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Noviembre 1º de 1838: la Guerra de los Pasteles. El contralmirante francés Budin acredita sus facultades para negociar las reclamaciones por daños a ciudadanos franceses,  y provoca la llamada Guerra de los Pasteles. Estos supuestos daños eran pretexto de Napoleón III para intervenir en Hispanoamérica, pues el “daño” más importante era de 60 mil pesos de un restaurante francés en Tacubaya, cuyo dueño decía unos soldados de Santa Anna habían consumido pasteles y no los habían pagado. Se intentó negociar por conducto de Luis Gonzaga Cuevas que el 14 de noviembre de 1838, ejerció el poder para esos efectos, conferido por el presidente Anastacio Bustamente.

Durante dos semanas se discutieron ambas partes, hasta que Baudin dio una rabiada, instruyendo a sus tropas de que bombardearan el Fuerte de San Juan de Ulúa, durante el resto del día y toda la noche, hasta que en la mañana siguiente se capituló la plaza. Con este agravio, México declaró la guerra a Francia, y hubo manifestaciones populares en contra de los franceses. El Congreso no aceptó la capitulación de San Juan de Ulúa (estaba fresco el tema del conflicto de Texas 1836) y nombró a Santa Anna comandante general de Veracruz, quien, a su vez, convocó a Mariano Arista para que se sumara a esta causa militar. Así se escaló bélicamente el conflicto, y los franceses atacaron al puerto de Veracruz el 5 de diciembre, dañando las instalaciones militares. Arista fue prendido por los franceses y Santa Anna –en una de sus osadas acciones militares-  pretendió sorprender al enemigo cuando se replegaba, pero fue descubierta su estrategia y lo enfrentaron los europeos, hiriéndolo en la pierna izquierda, que hubieron de amputársela, lo que políticamente fue una bendición, porque también ofreció donar sus propiedades para defender al país.

Mientras Santa Anna convalecía de la amputación de su pierna, el Congreso nombró el 8 de diciembre al presidente Bustamante, como jefe del ejército para defender a México de la invasión francesa, y dos días después renunció todo el gabinete. El 14 de diciembre hubo una gran manifestación popular en la capital exigiendo que se reinstalara el sistema federal, marchando al convento de Santo Domingo para liberar a Valentín Gómez Farías y a José María Alpuche, los más respetados liberales de su época. Cinco días después, el Congreso nombró al ex presidente Guadalupe Victoria para que asistiera militarmente a Santa Anna, quien ya recuperado de sus heridas defendió Veracruz de las embestidas del ejército francés. Pronto se firmaría un acuerdo de paz en donde México aceptó pagar a Francia 600 mil pesos por concepto de “indemnización” de los daños causados a sus connacionales, pero en el fondo subyacía la ambición de documentar una deuda para posteriormente regresar a cobrarla con otra invasión, que a su vez tendría el deseo de instalar una monarquía con Maximiliano de Habsburgo al frente.