07/May/2024
Editoriales

Un agujero negro podría ser nuestro futuro

Me falta imaginación. Decirlo así es mejor que: me falta inteligencia, para entender cómo un agujero negro puede ser un objeto, pues para mi humilde cultura y leal saber, un agujero es la ausencia de materia, y pensar lo contrario es un despropósito. Por ejemplo, no puedo aceptar que en una pieza de pan de las que llamamos ‘Dona’ su caracerístico orificio central tenga peso, consistencia y sabor.  

Sin embargo, la ciencia de navegar más allá de la atmósfera terrestre, es decir, los científicos que estudian los fenómenos celestes, le llaman agujeros negros a las estrellas colapsadas que alcanzan una densidad inmensurable. 

En consecuencia, la altísima densidad les provee de una fuerza gravitatoria tan grande que nada, inclusive la luz, puede escapar del agujero negro. Esto ya es un concepto que para entenderse es necesario contar con una gran imaginación, pues la característica más relevante de la luz es su velocidad, la más alta de todo el cosmos.

Si la luz no es suficientemente rápida para escapar de la fuerza gravitacional de un agujero negro, nada podrá hacerlo jamás. Pensarlo es aceptar que alguna vez todo el universo podría ser engullido por los agujeros nuevos que se van formando cuando se colapsan las estrellas. Y entender que las estrellas que vemos en el firmamento en realidad ya no son como se ven, porque es tanta su distancia que para cuando llega su luz ya pudieron haber desaparecido y ser ahora un ‘simple’ agujero negro, es algo fuera de mi endeble cordura.

Si alguie quiere angustiarse puede tratar de imaginar lo que sucedió -o se advirtió en el Observatorio de ondas gravitacionales, ubicado en Luisiana, EUA- el 21 de mayo de 2019 cuando ‘vieron claramente’ una fusión entre dos agujeros negros de masa estelar. Esto creó un agujero negro que pesaba, según cálculos científicos, unos 142 soles. Y si el sol tiene una masa relativa a la tierra de 332 946 veces, imaginar algo que pese 142 soles es de genios o locos.   

Esto significa que nuestros conocimientos actuales no pueden dimensionar los agujeros negros y, como no se pueden ver directamente, sino a través de observatorios muy especializados, los efectos en otros objetos celestes son inferidos o deducidos por los científicos.

La pregunta normal es: si no entendemos lo que son los agujeros negros del universo ¿algún día sabremos lo que es esta enorme casa universal que llamamos sencillamente ‘universo’? por lo pronto trataré de ya no pensar en esto y dedicarme a disfrutar del milagro de la vida.