06/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

 

Abril 21 de 1836: se celebra la Batalla de San Jacinto en San Jacinto, cercano a La Porte, Texas. Durante la Guerra de Texas, esta provincia mexicana se levantó en protesta por la instalación de una República Centralista, desapareciendo la Federación. Las tropas de Santa Anna, apostadas en una loma cerca del río San Jacinto, recibieron el  refuerzo de Perfecto de Cos, por lo que ante la súbita desventaja, los texanos se refugiaron en el bosque y Santa Anna sintió suya la victoria y relajó el ambiente. Ordenó a sus tropas que descansaran, pues casualmente había recibido la visita de una bella mulata llamada Emily Morgan “la Rosa Amarilla de Texas”, que en realidad era una enviada de Sam Houston. El caudillo mexicano –a quien le encantaba ese tipo de encuentros- se disponía a atenderla en privado. Pero no sabía que todo era un plan preconcebido, pues aprovechando el calculado y momentáneo abandono, tanto del mando militar como de la tropa, hecho después universalmente conocido como “La Siesta de San Jacinto”, los hombres de Sam Houston atacaron justo cuando había un relajamiento absoluto, sin guardias de vigilancia siquiera. La reacción fue tardía, y aunque el enfrentamiento se prolongó por varias horas, finalmente cundió el desorden total y la dispersión entre las filas mexicanas ante la falta de órdenes de combate. Al día siguiente, Santa Anna fue capturado cuando huía y, una vez preso, el 25 de abril ordenó al general Vicente Filisola que se replegara hasta el río Colorado, puesto que ya lo había convenido así con Sam Houston. El 30 de abril, Filisola envió al general Andrés Woll para conocer el armisticio con los texanos, y para el 14 de mayo de 1836, Santa Anna y David Burnet, presidente de Texas, firmaban el Tratado de Velasco. Triste historia que debió servir de lección, pero que no fue suficiente, pues luego se perdió toda una Guerra de Invasión por estar distraídos en pleitos internos. Así empezó nuestra debacle nacional que nos llevó a perder más de la mitad de nuestro territorio. En el libro Un Imperio Venido a Menos, de Editorial Porrúa, aparece la fotografía de un monumento dedicado a Emily Morgan, en San Antonio, Texas. Y lo triste es que pareciera que pedimos otra intervención norteamericana cuando estamos absolutamente divididos, pues se está fermentando y fomentando los sentimientos separatistas de las diversas clases sociales, cuando ese tema ya estaba superado. Hagamos lo que esté a nuestro alcance para que dentro de la diversidad haya unidad nacional.