05/May/2024
Editoriales

Pelé, el Rey

 

Pelé asusta a sus seguidores cuando sufre una infección en el hospital en Sao Paulo, en donde le están tratando su cáncer de colon.

 Edson Arantes do Nascimiento, niño al que le decían Dico y después Pelé, boleaba zapatos en el puerto Tres Corazones su lugar natal en Minas Gerais, Brasil. Su padre alcanzó a ser jugador del Atlético Mineiro que se dio a conocer porque en su primer partido se le rompieron los ligamentos de la rodilla, lo que le retiró -prácticamente invicto- del fútbol.

 Pelé comenzó a jugar en las categorías inferiores y empezó con el pie izquierdo, porque falló un tiro penal cuando jugaba en el equipo Sub-16 en Sao Paulo, hasta que en 1956 debutó con el equipo Santos y sin haber cumplido los 16 añitos, anotó un gol.

 Después, en el mero estadio de Maracaná cuando el Santos se ‘asoció’ al Vasco da Gama, Pelé fue parte de la alineación y anotó tres goles, contra Os Belenenses de Portugal.

 Así inició la carrera futbolística más espectacular de la historia, y en el Campeonato Mundial de Estocolmo 1958 deslumbró al mundo con sus habilidades en la cancha. A pesar de que en Europa se decía que los negros no podían jugar bien con el clima frío, entre el gran Garrincha y el jovenazo de 17 años llamado -apodado- Pelé dieron un enorme espectáculo, no sólo de buen fútbol, sino de ‘jogo bonito’. Pelé manejaba la pelota mejor que a sus propias manos, la bajaba con el pecho o el mismo pie, y luego de acariciarla salía de sus botines una explosión que lanzaba el balón a velocidades y puntería inusuales. No burlaba  a los jugadores defensivos contrarios, no, los  bailaba en media cancha frente a miles de miradas que prendidas, comenzaron a acostumbrarse a gritar: ¡Pelé!

 Este simpático moreno, ya retirado y con problemas de salud, es llamado aún ‘El Rey’.