07/May/2024
Editoriales

La elegancia de la seda

Crecimos sabiendo que la seda era de China. Aunque no sabíamos que en el año 2, 500 adC ya se confeccionaban en ese lejano país vestidos con tela de seda; y no lo sabíamos porque fue hasta 2007 que se descubrió un tumba en la provincia de Jiangxi, con una persona de la dinastía Zhou del Este, vestida con seda. 

Pero que la seda venía de China era sabido por todos. Durante el imperio de Augusto, al inicio de nuestra Era, se pusieron de moda los vestidos de seda entre la alta sociedad de Roma. Estos ropajes eran llamados por Petronio “ventus textiles”, o viento de tela. Vestir con seda era una excentricidad de precio realmente alto, pues la tela era transportada desde China, a través -por supuesto- de la épica Ruta de la Seda. Su alto precio hacía que el Imperio chino vigilara celosamente su producción, y el romano llevara un control del número de piezas que se importaban. 

Estos controles se convirtieron en tradición porque hubieron de transcurrir más de cinco siglos para que los gusanos de seda china llegaran a Occidente -en el año 552-, y comenzara su industrialización en Europa. 

La seda es una de las fibras naturales más agradables al tacto y a la vista, con la ventaja de que sus productores son amigos nuestros -los gusanos y las arañas-, pero el negocio de los mayoristas en Occidente es abaratar costos, y conforme fue desarrollándose la tecnología textil, la producción aumentó mientras los precios bajaban.   

Esto llegó actualmente al nivel de que no hay gran diferencia en el precio de la seda con otros materiales naturales como la lana y el algodón.

Para quienes vivimos la época de cuando portar una prenda de seda era un súper lujo, es muy agradable acceder a ropa fabricada con ese precioso material a un precio accesible. Ha llegado a tal sofisticación el negocio de la moda que no pocas veces venden prendas más caras fabricadas con seda artificial, porque la consistencia del vestido la necesita así para tener ‘mejor caída’ y lucir mejor. 

Y lo interesante es que sigue siendo en China en donde se fabrica la mayor cantidad de seda natural y de seda artificial.