06/May/2024
Editoriales

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Septiembre 16 de 1910: se inaugura, en conmemoración del primer Centenario de la Independencia nacional, el Arco de la Independencia en Monterrey, ubicado en las avenidas Unión y Progreso (hoy Madero y Pino Suárez) que es el cruzamiento de las salidas a Reynosa y a Saltillo, de oriente a poniente y a Laredo y la ciudad de México, de norte a sur. El gobernador interino José María Mier inauguró esta obra que ostenta una estatua de cuerpo entero de una mujer. La obra fue realizada casi en su totalidad por el gobernador Bernardo Reyes, quien hubo de dejar el puesto por un cisma político que provocó su intensa promoción para la candidatura presidencial –con una amplia red de clubes reyistas en todo México- costándole la gubernatura de Coahuila a su seguidor Miguel Cárdenas, y la del propio Reyes en Nuevo León, pues Porfirio Díaz no tenía la intención de retirarse de la Presidencia.

El monumento en sí, es un arco de piedra de cantera rosa (ahora café por la polución) con altura de 25 metros, conocido popularmente como el “Arco de la Mona”, o “La Mona del Arco”, figura metálica concebida por un equipo que encabezaba el arquitecto Alfredo Giles, el artista Eligio Fernández y el industrial norteamericano W. H. Mullins, de Salem Ohio, así como del propio Bernardo Reyes quien invirtió recursos estatales por 53 mil pesos. Mullins ya le había fabricado a Reyes las estatuas de Hidalgo y de Juárez que están colocadas frente al Palacio de Gobierno, en la Explanada de los Héroes. El arco de piedra sostiene la figura de una mujer de 6 metros de altura y 3 toneladas de peso, que representa la victoria con corona de olivo, vestido despedazado y busto de fuera, deteniendo una cadena rota, simbolizando la ruptura con la corona de España; y a otra altura, dos águilas de bronce.

 

El día inaugural, fue el regidor Rafael Garza Cantú quien pronunció el discurso oficial, en nombre del gobernante José María Mier. En lo personal, pasé parte de mi niñez viviendo en la calzada Madero entre Pino Suárez y Rayón y tuve la oportunidad de admirar una y otra vez este hermoso monumento, pues en aquellos años no había muchas cosas en qué entretenerse. En realidad el monumento corre peligro porque no tiene protección alguna y aunque las bases están firmes, un golpe fuerte podría provocar movimientos en la estatua que sostiene en su parte superior una esfera que representa el mundo. Acaba de iniciarse un proceso de restauración por parte del Estado (Conarte) y el Municipio de Monterrey. El año 2020 este bello monumento fue elegido como una de las 7 Maravillas Históricas de Nuevo León, pues se trata de un monumento muy representativo de nuestra Ciudad. En una de sus columnas hay varias placas de mármol y en una dice: "A los que en cien años han venido defendiendo y elevando la nacionalidad mexicana".