La doctora Liliana Ramírez Freire estudia y ha descubierto decenas de especies de abejas nativas en Nuevo León. La apidóloga de la FCB-UANL recientemente recibió el reconocimiento nuevoleonés en la categoría Biodiversidad que otorga la Secretaría de Desarrollo Sustentable del estado.
La doctora Liliana Ramírez Freire hace una precisión sobre la información que circula: los seres vivos más importantes del planeta no son la abejas melíferas (europeas, domesticadas para la apicultura), sino las abejas nativas y otros animales polinizadores.
La apidóloga tiene más de diez años estudiando estos himenópteros desde que se pensaba que había 100 especies en Nuevo León. Ella hoy contabiliza casi 400; algunas las ha confirmado, reportado e incluso ha encontrado nuevas especies antófilas (que aman las flores).
“Abejas nativas (hymenoptera: apoidea: anthophila) asociadas a la vegetación del estado de Nuevo León, México”, es la tesis que la doctora defendió en 2012.
Ha trabajado en proyectos para la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y la iniciativa privada. Hoy dirige la consultora Abeja y Planta.
La agricultura mundial depende de los polinizadores
Según la FAO, el 80 por ciento de las plantas silvestres, y el 35 por ciento agrícolas, en el mundo dependen de la polinización.
Además de las abejas, las polillas, moscas, avispas, escarabajos, mariposas, murciélagos, colibríes y algunas otras especies son polinizadores.
El melón, el kiwi, la sandía, la calabaza, el cacao y la vainilla dependen al 100 por ciento de la polinización. La doctora añade que además se polinizan plantas que producen algodón, fibras, ceras, colorantes, aceites, pigmentos, cosméticos y medicinas.
Desde fines de los años 90, investigadores publicaron que la interacción planta-polinizador es crucial para salvaguardar la agricultura mundial en el futuro. Y las abejas silvestres mejoran los cultivos, independientemente de la abundancia de abejas melíferas.
Asimismo, investigadores de México, Estados Unidos y Canadá estudiaron las posibles consecuencias de la disminución de los polinizadores en la biodiversidad de los cultivos alimentarios. En Alemania estudiaron los beneficios de la polinización a nivel mundial.
Abejas melíferas han endulzado su protección
Como entomóloga, Liliana percibe que a nivel mundial hay una especie de campaña para proteger solo a las abejas melíferas (apis mellifera) sobre el resto de los animales que, en realidad, objeta, son los que polinizan a la mayoría de las plantas.
“La mayoría de las personas que hablan del ser vivo más importante se refieren a la abeja europea como una especie de bandera. Pero es una proyección demasiado sesgada. Se debe conservar a todos los polinizadores, especialmente a las abejas nativas”. Liliana Ramírez Freire, Apidóloga de la FCB-UANL
Los científicos arguyen que para tener sistemas de polinización saludables es necesario desarrollar aún más las abejas nativas y otros animales como polinizadores. Y las abejas nativas podrían salvar y hacer más eficientes a las abejas melíferas y al sistema agrícola.
“La leche que tomamos viene de la alfalfa que consumen las vacas y que polinizan las abejas nativas. Somos una comunidad muy carnívora que igual depende de las abejas nativas”, comparó la especialista en los ápidos solitarios y semisociales.
Se descubren más especies y es clave su protección
Todas las hortalizas y angiospermas (plantas florales) urbanas dependen de las abejas nativas para su reproducción. Hay aproximadamente 380 especies en Nuevo León y cada vez se descubren más especies confirmadas, no reportadas o nuevas por clasificar.
“La mayoría siempre están ahí ayudando en los jardines, en los huertos escolares o urbanos. Pero todavía no hemos terminado, de hecho esto apenas va comenzando, nos falta clasificar muchas especies.
“Son más de 10 años con inventario ecológico, pero estamos empezando. En la medida en que las personas las conozcan se va a poder protegerlas y conservarlas. Nos falta gente y una fuente de financiamiento”, estimó.
