07/Sep/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Junio 2 de 1982: son trasladados los restos de José Eleuterio González a la Facultad de Medicina de la UANL, que se encontraban sepultados en el monumento dedicado a él, en el cruzamiento de las calles Cuauhtémoc y 15 de mayo, afuera del histórico Hospital González.

 Este traslado de los restos de Gonzalitos fue la respuesta a la comunidad médica que lo había exigido en 1981. Al pie de su estatua erigida en el patio central de tan noble Escuela de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, descansan sus restos mortales. Esto fue un acto de justicia pues Gonzalitos fue el primer impulsor del Hospital Civil –hoy Hospital Universitario- así como el fundador de lo que hoy es la Facultad de Medicina. Qué belleza de vida casi ascética tuvo Gonzalitos, no sólo fue un destacado profesionista y filántropo que no cobraba muchas veces su consulta, sino que su enfermedad de la vista no le impidió seguir ejerciendo la medicina hasta que su vida llegó al punto final.

  Qué lejos había quedado su llegada a Monterrey cuando tenía 20 años de edad, buscando trabajo en el único nosocomio existente en ese tiempo en nuestra Ciudad: el hospital de Nuestra Señora del Rosario, y muy pronto fue nombrado su Director “interino”, cargo que conservaría por 19 años.

 

 Su talante de maestro y su costumbre de no cobrar consultas, le granjeó su cariñoso apodo de “Gonzalitos”, y deseaba formar un hogar en Monterrey. Primero compró una casa en Morelos y Escobedo, y luego casó con Carmen Arredondo, hija del jefe militar Joaquín Arredondo. Sin embargo, su matrimonio fracasó pero ello no mermó sus deseos de servir y en 1842, Gonzalitos se tituló de médico cirujano y partero ante el gobernador del Estado. Fue a partir de ese momento que empezó su labor de fundar cátedras en el área de la salud. Enseñaba farmacia, anatomía, fisiología, medicina legal, obstetricia y terapéutica, entre otras materias. Hasta que en 1846, con la invasión americana, Gonzalitos partió a Cadereyta y no regresó sino hasta 1850 que se habían marchado los gringos. En 1858, el Consejo de Salud le pidió que fundara un Hospital Civil, mismo que se inauguró el 1 de mayo de 1860. Este singular personaje es de lo mejor que hemos tenido en Nuevo León, es por ello que su nombre está en avenidas, estatuas, hospitales y sobre todo en la memoria de un pueblo agradecido como el neolonés…