Abril 02 de 1903: Sucede en Monterrey una matanza en plena Plaza Zaragoza. El presidente Porfirio Díaz tenía una excesiva permanencia en el poder, con reelecciones automáticas de 1876 a 1910, a excepción del periodo 1880 – 1884 cuando su compadre Manuel González estuvo despachando en Palacio Nacional.
Sus antecedentes de estupendo militar eran subrayados por su gobierno, recordando que el 2 de abril de 1867, consiguió rescatar a la ciudad de Puebla que el ejército invasor francés tenía secuestrada. El control político que ejercía en el país era absoluto, y para ello contaba con gobernadores de los estados leales a su dictadura. Entre ellos estaba el de Nuevo León, general Bernardo Reyes, oriundo de Jalisco y que gobernó de 1885 a 1909.
Cada año Díaz ordenaba a los gobernantes locales que festejaran en todo el país el aniversario de la batalla del 2 de abril, tanto como se hacía con el 16 de septiembre, Día de la Independencia. En 1903 coincidió que el gobernador Bernardo Reyes debía cumplir con el requisito de triunfar en otra reelección, y había un movimiento local encabezado por Francisco E. Reyes, que buscaba competir por la gubernatura. Ese día 2 de abril, como parte de su campaña, partió de la Alameda Porfirio Díaz –hoy Alameda Mariano Escobedo- un contingente de 12 mil nuevoleoneses que apoyaban al candidato opositor, recorriendo las calles de Washington, Roble –hoy Juárez- y Matamoros, rumbo a la Plaza Zaragoza.
El gobernador Bernardo Reyes les había pedido que abandonasen la idea de manifestarse en favor del licenciado Francisco E. Reyes y mejor lo hicieran para festejar la batalla histórica y en apoyo a su reelección, pero los manifestantes siguieron adelante con su plan. Bernardo Reyes ordenó a los alcaldes de los pueblos cercanos que se presenten en Monterrey con cincuenta hombres armados cada uno, orden que se cumplió, y el día de la manifestación se subieron francotiradores a las azoteas del Palacio Municipal, del Casino Monterrey y de la casa comercial "Maíz Hermanos".
Al llegar la manifestación a una tribuna que habían instalado entre Palacio Municipal, la Plaza Zaragoza y la casa comercial mencionada, lugar desde donde debía dirigirse a la multitud el orador del evento, licenciado Vicente B. Treviño; los francotiradores dispararon sobre los manifestantes entre los que hubo quince muertos y muchos heridos. Además, el resto fue acusado de sedición terminando en prisión los licenciados: Nicolás Berezaluce, Vicente Garza Cantú, Eulalio San Miguel, Vicente B. Treviño, Francisco de P. Morales, Apolonio Santos, Esteban Horcacitas y Andrés Sánchez Fuentes; los pasantes de derecho: Galindo P. Quintanilla, Jesús María y Eugenio del Bosque y los señores Vidal Garza Pérez, Miguel Morales Zaragoza, Rafael Garza Martínez, Julio Galindo, Adolfo Duclós Salinas, Julio Morales, Gonzalo N. Espinosa, Anacleto N. Garza, Hipólito Díaz, Epitacio Rodríguez, Luis Guajardo, Godofredo Obregón, José E. Meléndez y Amado Bocanegra. El candidato opositor huyó a la ciudad de México.
Ocho años después, el 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz acabó renunciando a la presidencia y posteriormente –en la Decena Trágica- Bernardo Reyes cayó fulminado por una bala cuando intentaba derrocar al presidente Madero. La filosofía del gobierno de Bernardo Reyes era similar a la de su jefe Porfirio Díaz: desarrollo económico a cambio de sacrificar derechos políticos de la población. Hoy día existen naciones como Singapur que tienen ese mismo sistema pero que, tarde o temprano, tendrán eventos como el que hoy recordamos.