Abril 28 de 1826: aprueba el Congreso del estado, a incitativa del gobernador José María Parás, que se instituya en Monterrey una Casa de Corrección, educación y beneficencia, según el decreto del congreso del estado Número 183.

 En esta Casa de Corrección se reunía a los huérfanos y muchachos “mal entretenidos” para luego ser entregados a talleres o huertas donde trabajarán y aprendieran un oficio; las mujeres eran entregadas al convento de religiosas para servir a la iglesia.

 Esta institución es considerada como el Primer Centro de Corrección y Beneficencia gubernamental, y es muy significativo que se haya instituido prácticamente desde el inicio de la vida institucional de Nuevo León, pues determina la vocación de un gobierno sensible y apoyador para superar las necesidades sociales, haciendo énfasis en corregir a los jóvenes desfavorecidos de la fortuna que cometen alguna falta.