Enero 8 de 1851: Mariano Arista es declarado presidente de la República y toma posesión de su encargo, el día 15 de ese mismo mes. De familia con fuerte presencia militar y originaria de España, es nacido en San Luis Potosí, el 26 de julio de 1802. José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez, sirvió al ejército desde joven y cuando asciende al trono mexicano el emperador Agustín de Iturbide, su inscribe en las fuerzas imperiales.
Participa activamente en los diversos actos de armas, es nombrado ministro de guerra por el presidente José Joaquín Herrera, desempeñándose muy bien, de junio de 1848 a enero de 1851. La nación estaba resentida por la estrepitosa y vergonzante derrota sufrida a manos del ejército invasor norteamericano que terminó con la firma del Tratado Guadalupe – Hidalgo, mediante el cual se le arrebata a México más de la mitad de su territorio. Así que el 11 de agosto de 1850 se celebran elecciones primarias en los estados para elegir presidente de la República, y sus resultados son tan parejos que no se vislumbra quién ganaría.
El 8 de septiembre se realiza la segunda etapa de la elección y el candidato liberal y ministro de guerra, Mariano Arista comienza a despegarse de sus adversarios. Pero la campaña no sería sencilla, pues los conservadores arremetieron con una operación política de desprestigio contra Arista, acusándolo de corrupción, corriendo la voz que Arista compraba votos llevando a la capital a diversos personajes de la provincia, los atendía a cuerpo de rey con cargo al erario y así los convencía de que votaran por el. Sin embargo, para el 20 de noviembre de 1850 se tenían los siguientes resultados: Arista ganaba en Chiapas, Coahuila, Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.
Para el candidato Juan N. Almonte eran: Guerrero, Yucatán y Zacatecas. Para Luis de la Rosa: Durango y Nuevo León. Para Gómez Pedraza, era Michoacán. Para Mújica y Osorio, Puebla. Mariano Arista tenía 13 votos de las entidades federativas, lo que garantizaba el triunfo. Empero, en la capital del país, la votación fue así: Arista, 42 votos; Bravo, 90 votos; Almonte, 3 votos. Ya sumados todos los votos, a nivel nacional quedaron: Arista 79 votos; Almonte 19; Gómez Pedraza, 15; De la Rosa, 12; Bravo 10; y Riva Palacio, 6 votos. Gana Arista en forma pacífica y el día nueve de enero se realiza una comida en el restaurante Tívoli de San Cosme al que asistieron los principales mandos militares, así como representantes de la alta sociedad de la ciudad de México.
A su toma de protesta del día 15 asistieron las corporaciones, autoridades civiles y militares, así como todo el cuerpo diplomático. En su gabinete nombra a personajes de todas las corrientes, liberales, conservadores y moderados. Al llegar a la presidencia, Arista se encuentra con una Hacienda en bancarrota y ya para abril 28, algunos diputados proponen otorgar facultades extraordinarias al presidente para disponer de un millón 680 mil pesos que venían de la indemnización de Estados Unidos por la firma del Tratado Guadalupe Hidalgo. Nada se concreta pero el 1 de junio, Arista convoca a sesiones extraordinarias del Congreso para abordar la triste situación del erario.
En este periodo extraordinario, Arista presenta formalmente la solicitud de utilizar ese dinero y al mismo tiempo un plan para obligar a los estados a que recauden un millón 200 mil pesos anuales, así incrementar el impuesto sobre la propiedad de fincas, el aprovechamiento de la renta de tabaco y más derechos aduanales. Aunque el 27 de agosto los gobernadores aprueban el Nuevo Plan de Hacienda, se viene una crisis de gabinete por las opiniones divididas de sus miembros que representaban las diversas facciones del país.
Se sublevan en el campo de La Loba, ciudad Guerrero, Tamaulipas, los generales José María Carbajal y José María Canales, atacando el 19 de septiembre la villa de Camargo, Tamaulipas, con 700 hombres, obligando a que la guarnición capitule pues estaba conformada sólo por 200 elementos. A nombre del gobierno, el general Francisco ívalos cancela las prohibiciones a la exportación y reduce los aranceles en la aduana de Matamoros, lo que genera disgusto en el Congreso. Su vida personal es complicada debido a que lleva a vivir con él al palacio nacional, a Carmen Arredondo, una señora conocida de Monterrey, hija de Joaquín de Arredondo. Sin embargo realiza algunas obras como concesionar la construcción del ferrocarril de la ciudad de México a Veracruz y de establecer la primera línea telegráfica precisamente en esa ruta. Abre una tercera puerta en el Palacio Nacional, llamada en su honor "Puerta Mariana" e intenta darle fuerza a la producción en los campos de la agricultura y minería. La historia del siglo XIX registra pocos periodos presidenciales surgidos de elecciones democráticas y esta es una de ellas.