Cuentan los pájaros en el alambre que alguien muy perverso hace aproximadamente dos meses, le sopló al oído al novel gobernador Samuel Alejandro García, quien es afecto a soñar despierto.
Por el perturbador soplo, a Samuel lo convencieron de encaminarse a participar en la máxima elección del próximo año, ya que le confirmaron según las encuestas, que su imagen pública aunada al “avance” de su gobierno, podría encumbrarlo a destacar en la historia de México, como el candidato de la juventud inconforme.
Y que le aseguraron que tiene muchas posibilidades de obtener mínimo 5 millones de votos en las elecciones del 2024, si se lanza a competir como candidato a la Presidencia de la República por el partido Movimiento Ciudadano. Estos sufragios los obtendría del padrón electoral diversificado entre las generaciones de “centennials” y “millennials”, promoviendo por delante de la futura campaña, el modelo de “el nuevo Nuevo León”.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE), en las elecciones federales y locales, efectuadas en el pasado 2018, destaca que los grupos de jóvenes y jóvenes adultos, entre los 19 y 34 años en conjunto, concentraron el 33% del listado nominal equivalente a 29.7 millones del electorado. Esta cantidad de jóvenes adultos en México, representa a una gran proporción de la población total, por lo tanto, una significativa influencia en el resultado de una campaña presidencial.
Pero lo malo de ello sería, que a pesar de la importancia de la actividad política de los jóvenes, el INEGI también ha identificado que existe una baja participación de ese sector de la población. Según el instituto, sólo el 17% de los jóvenes entre 18 y 29 años votó en las elecciones presidenciales de 2018. Lo que se interpreta como una desconfianza de ese grupo a las instituciones electorales, partidos políticos y políticos.
Por lo pronto: Al líder moral de Movimiento Ciudadano en el estado le han explicado que las encuestas de corte nacional al día de hoy, no le favorecen. Sin embargo, el novel gobernador sigue dudando de seguir siendo el líder político de Nuevo León, por lo que optaría por competir en la futura carrera presidencial, ya que la ambición y la sed de triunfo, le llaman poderosamente la atención. Ese espíritu de competencia Samuel lo trae integrado en su ADN.
En la mente del gobernante, las nublaciones políticas tienen un alto costo que pagar. Pero alguien debería decirle que su ilegítima aspiración pegará fuerte en la conciencia de los ciudadanos de Nuevo León, porque al abandonar su responsabilidad por un periodo de 6 meses, se contradice ideológicamente porque esta copia una decisión de la vieja política impulsada por el ex gobernador, de triste memoria, Jaime Rodríguez “El Bronco”. ¿Qué acaso no sería el mismo ex gobernador de Pablillo, o el líder nacional de MC, quienes se acercaron a soplarle el oído a Samuel, con maquiavélicos objetivos?
Por otra parte, que pensaran de la soberbia emocional del gobernador Samuel, “los viejitos”, la gente mayor de edad, que representan un vasto electorado plural, al cual minimizó el todavía inquilino de Palacio de Cantera, al destaparse públicamente en un evento con jóvenes estudiantes.
Hasta parece que estamos viendo las mismas tácticas morenistas del “divide y vencerás”.
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