26/May/2024
Editoriales

Las vacas son sagradas

Los veganos no consumen alimentos de origen animal, y algunas otras personas se niegan a reconocer que la inocente ‘carnita asada’ es un ritual que en Nuevo León hacemos para hincar el diente en un suculento trozo de carne de res, o de cabrito.

Tal vez ellos serían felices viviendo en la India, porque allá reverencian a la vaca, considerándola un prodigio natural que se debe conservar. En ese gran país se agradece a estos nobles animales los cinco dones que otorgan: la leche, el yogurt, el ghee –mantequilla clarificada para la cocina y las lámparas-, el estiércol de vaca –combustible, material de construcción y repelente de insectos-, y el gau mutra -orina de vaca-, un elemento básico para la medicina india ayurvédica, que ahora dicen que combate al Covid 19.

El queso no es tan popular en aquellos lares, aunque el panir (queso fresco curado, no curado y ácido) es bueno. Por todas estas aportaciones a la vida, en la India se prohíbe matar o dañar a las vacas. Además tiene sustento religioso: “Que las vacas no se alejen de nosotros” dice uno de los cantos del Rig-Veda, antigua colección de himnos a los dioses. La reverencia a la vaca viene desde la mitología hindú: Krishna, encarnación del ser supremo Vishnu, fue pastor y una vez se subió a una montaña para proteger su rebaño. Lakshmi, la diosa de la riqueza, salió de un mar de leche batida, al estilo de Venus. La hora del crepúsculo se llama godhuli “polvo de vaca”, porque es cuando las vacas regresan a casa, y es la mejor hora del día para casarse. “La vaca es un poema de piedad –dice Mahatma Gandhi-, es la madre de millones de seres humanos indios. Al proteger la vaca, se protege todo lo que vive y es indefenso y débil en el mundo. Yo no mataría una vida si es tan preciosa”. Esto explica que las vacas sean sagradas para la religión hindú, sin embargo, en nuestra cultura de occidente, su carne es primordial en la alimentación popular. Aquí en Nuevo León la ganadería es una histórica actividad económica que tiene la mayor de las estimas del pueblo.