03/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 29 de 1839: se embarcan las tropas francesas rumbo a Europa. Pero se quedó el capitán de navío Lainé para corroborar el cumplimiento del tratado de paz que finiquitaba la Guerra de los Pasteles. Desde el 18 de marzo anterior el Congreso había discutido y aprobado el Tratado de paz con Francia, mismo que se publicó el 21 de abril de 1939. México buscaba sobrevivir como nación soberana frente a los diversos ataques que recibía de varias naciones. Algunas de ellas, como Inglaterra, estaban al pendiente de los hechos para ver qué provecho podría sacar, y por eso el canciller británico Lord Palmerston instruyó al ministro Richard Pakenham para que recomendara al gobierno mexicano reconocer la independencia de Texas, pues de esa forma se impediría que ese estado independiente se anexara a Estados Unidos, y así al mismo tiempo se establecería una barrera contra el expansionismo norteamericano implícito en su palmario “Destino Manifiesto”.

 Esto quedó claro cuando a partir de 1839 hasta 1841 el gobierno mexicano recibiría una y otra vez a representantes de los texanos ofreciendo a nuestro país cinco millones de pesos como indemnización si reconocía la independencia de Texas. Cuando ya los franceses estaban ganados y reconocidos como triunfadores de esta contienda – invasión, el 27 de abril realizaron honras fúnebres en la parroquia de Veracruz a sus soldados que habían muerto en combate, y al día siguiente se le entrega al contralmirante Baudin 200 mil pesos como primer pago por la indemnización que concluye la famosa “Guerra de los Pasteles”, y por tanto, victoriosos, regresaron el 29 de abril a su tierra con las alforjas llenas de dinero mexicano. Pasado el tiempo regresarían de nuevo a una nueva aventura para instalar a un monarca enviado por Napoleón III.