24/Nov/2024
Editoriales

Enero 12 de 1876: Nace en Monterrey, Pablo A. de la Garza y Gutiérrez, quien sería revolucionario, gobernador del estado y Procurador General de la República.

Enero 12 de 1876: Nace en Monterrey, Pablo A. de la Garza y Gutiérrez, quien serí­a revolucionario, gobernador del estado y Procurador General de la República. Hijo de Albino de la Garza y Leocadia Gutiérrez, estudia y se gradúa de abogado en el año de 1900.

Se desempeña como Juez de Letras en Salinas Victoria, de donde parte a Sonora pues le nombran asesor de la 1ª. Zona militar, iniciando así­ una carrera en el área jurí­dica de la milicia, y posteriormente es nombrado juez en las ciudades de Guadalajara y Veracruz, lugar este último en donde lo nombran poco después, fiscal estatal.

Regresa a Monterrey en 1909 con el grado de coronel. Se suma en 1913 a la corriente constitucionalista de Venustiano Carranza tras la decena trágica, y se pone a las órdenes del general Pablo González Garza en su campaña por el noreste mexicano. En 1914 es nombrado general y jefe de la 9ª Brigada del Ejército del Noreste. Es gobernador de Guanajuato cuando se abre la coyuntura debido a la caí­da de Victoriano Huerta, y continúa con lealtad apoyando a Carranza cuando tiene problemas al interior del movimiento revolucionario.

Esto le vale ser gobernador de Nuevo León de junio 8 de 1915 a marzo 24 de 1917. Cuando intentó completar su cuatrienio del ciclo gubernamental, desde el centro se decide sacarlo del estado nombrándolo Procurador General de la república de 1918 a 1919.

En aquellos tiempos revolucionarios todo era posible, así­ que al uní­sono de ser Procurador General de la República, era jefe militar de la pení­nsula de Yucatán, comprendiendo los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Cuando Adolfo de la Huerta triunfa con su Plan de Agua Prieta en contra de Venustiano Carranza, De la Garza renuncia a sus cargos y sale exiliado a Estados Unidos, regresando hasta 1925 y muere en la ciudad de México el 11 de agosto de 1932. No fue un militar de muchas batallas, su fuerte era la polí­tica militar que le permitió llegar a la gubernatura de Guanajuato, Nuevo León y Procurador General de la República. En su honor, el cabildo de Monterrey bautizó con su nombre una avenida del oriente de la ciudad.