Hay una continuidad “lógica” de la 4T dentro del paradigma ideológico (“narrativa” le dicen los intelectuales ahora), en que se ha movido el gobierno del presidente AMLO. Si hay una continuidad de la 4T, será “lógico” esta que consistirá en cuestiones como: La reforma del poder judicial para acabar con la corrupción dentro de este desde el nivel más bajo hasta la Suprema Corte. Continuar el rescate de Pemex y la CFE logrando liberarlas de su enorme carga de deuda fruto de las casi 4 décadas de “sacrificio fiscal” donde ambas empresas a fueron utilizadas, por ordenes de la banca, como “la alcancía” para el pago de la deuda externa e interna del gobierno. Reconstruir el sistema de salud para lograr uno que sea universal y gratuito. Ampliar el sistema de pensiones hacia otros grupos sociales vulnerables. Continuar con la obra en ferrocarriles construyendo tres líneas hacia el norte del país como ya lo menciono Claudia Sheinbaum, etc.
Sin embargo, hay otros aspectos que dentro del paradigma de la 4T y el gobierno de AMLO no se abordaron ni fueron objeto de discusión o debate pero que están tan presentes en la vida del país como el proverbial “elefante en la sala de la casa” al que no se quiere mencionar. El primero de ellos es la DEUDA que ahorca las finanzas del gobierno y que puede provocar una crisis en el 2024, misma que se uniría a la ola de quiebras de gobiernos, empresas y bancos que puede ocurrir por todo el mundo en este año y por las mismas razón: El alza de las tasas de interés que disparó el monto de todas estas deudas y las vuelve impagables o pagables solose aplican sacrificios y se abortan obras y proyectos. La llamada “Transición energética” donde los centros financieros quieren obligar a países como México a suspender su desarrollo industrial y sus proyectos de infraestructura para “no dañar el ambiente” y “salvar al planeta” caminando hacia las “energías renovables”, como la solar, la eólica etc. y rechazando la otra “transición”, la de los combustibles fósiles hacia la energía nuclear y su paso de la Fisión a la Fusión que es el la “transición energética” está siguiendo media humanidad fuera del control de los poderes de Occidente. La herencia del TLCAN y el TMEC, que nos condena como país, a ser un “reservorio de mano de obra barata y petróleo” para Norteamérica; sin derecho al desarrollo y la industrialización. La revisión de este acuerdo o pacto es indispensable para que México pueda avanzar a niveles superiores de desarrollo y/o emprender negociaciones y acuerdos con otras naciones o grupo de naciones como el BRICS o la Franja y la Ruta (Nueva Ruta de la Seda), el llamado “Sur Global”. En fin, estos y otros asuntos tendrán que abordarse en los próximos meses y no surgirán “lógicamente” del paradigma de ideas que heredará el presidente AMLO.