05/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 11 de 1854: Se paraliza la Ciudad de México tras cinco días consecutivos de temblores de tierra. Estos movimientos telúricos no tuvieron sus epicentros en el territorio llamado Distrito Federal a partir del 18 de noviembre de 1824, sino que los focos fueron identificados, en orden alfabético, en los estados de Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Veracruz y Zacatecas.   

 La infraestructura de la Capital Mexicana soportó a duras penas los primeros cuatro días de temblores, hasta que el quinto día, fecha que hoy recordamos, se presentaron daños serios en numerosos edificios y hasta derrumbes.

 Entre los daños sobresalían en Los Arcos de Belén, en varios puentes citadinos y en muchas viviendas.      

 Algo interesante por acostumbrarse en el México del siglo XIX, fue la respuesta del gobierno, pues el dictador Antonio López de Santa Anna ordenó que a las doce del día, la Virgen de los Remedios se expusiera en la Catedral para pedir la protección divina ante semejantes movimientos telúricos.

 Durante ese tiempo de solicitud de protección divina acudieron a la Catedral el Señor Arzobispo, el Clero secular, las Cofradías, y las Comunidades religiosas. 

 Por el oficialismo, estuvieron todos los mediodías el Presidente de la República, la plana mayor del Ejército, los miembros del Ayuntamiento, los empleados de las oficinas gubernamentales y mucha gente del pueblo.

 La crisis fue tan grave que algunas tropas que marchaban a la Guerra de Texas, regresaron a la Capital para ayudar en la reconstrucción de los puentes y las calles, pues se temían más temblores que, afortunadamente, no sucedieron… en ese año.