07/Sep/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 26 de 1802: nace en San Luis Potosí Mariano Arista, quien sería militar, político y presidente de la República. Su nombre completo fue José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez, hijo del coronel español Pedro García de Arista Sánchez y la poblana María Juana nuez Arruti. Ingresó al ejército siendo un jovencito como cadete en el Regimiento de Provinciales de Puebla, y después en el de Dragones de la Ciudad de México. Luchó contra los insurgentes, pero en 1821 se sumó a Agustín de Iturbide, iniciando así una nueva carrera militar y política, al tiempo que el país inicia su etapa independentista. En 1833 rompe con Santa Anna y fue desterrado, pero al año siguiente, en 1834 Valentín Gómez Farías lo rescató, retomando su vocación militar. Su destacada actuación en la guerra de Texas le permitió mostrar de qué estaba hecho, y en su calidad de comandante en jefe de Tamaulipas en 1839 mantuvo en alto la insignia tricolor. Es designado jefe militar en Monterrey, donde Arista es recordado por su ‘affaire de coeur’ con Carmen Arredondo, esposa del prócer Gonzalitos, con quien termina casado en 1852.

Arista participó en la guerra de invasión norteamericana siendo nombrado comandante en jefe del Ejército del Norte por el presidente Mariano Paredes Arrillaga. Enfrentó a Zachary Taylor en Palo Alto, y en Resaca de la Palma, siendo derrotado por el futuro presidente norteamericano. El presidente José Joaquín Herrera nombró a Arista como Ministro de guerra, desempeñándose muy bien, y cuando se publicó en 1851 la convocatoria para elegir presidente de México, Arista se registró junto a otras 14 opciones, entre las que estaban nada menos que Santa Anna, Nicolás Bravo y Gómez Farías, y aún así, Arista se alzó con la victoria electoral, rindiendo protesta como presidente de la República el 15 de enero de 1851. Duró muy poco, pues en 1852 renunció ante un levantamiento de Santa Anna y le entregó el poder al presidente de la Suprema Corte de Justicia Juan Ceballos, y Arista se fue exiliado a España. Su muerte fue en agosto de 1855 de una enfermedad no identificada cuando viajaba en una embarcación inglesa de Lisboa a Marsella. Fue declarado Benemérito de la Patria y, en 1890, el presidente Porfirio Díaz gestionó el traslado a México de sus restos mortales, que se ubican en la Rotonda de las Personas Ilustres. Aquí en nuestra Ciudad una calle en el centro que corre de norte a sur se llama Arista en su honor.