23/Nov/2024
Editoriales

La deuda, el lastre que destruye las naciones pobres y ricas por igual…!

La deuda tiene la misma tendencia en cualquier parte, crecer y crecer, y entre mas se paga más crece;  desde el más grande deudor que es Estados Unidos cuya deuda paso de 13 a 19 billones en los gobiernos de Obama y Busch, y luego de esos 19 a 32 billones en los gobiernos de Trump y Biden y los cuales significan más de un 100% del PIB; pasando por Inglaterra o Francia cuyas deudas brincaron de menos de un billón a casi 3 billones de euros y también más de un 100% del PIB,  en esos mismos años aproximadamente; o países como Argentina que pasó 240 mil millones de dólares (mdd) en 2015  a los más de 400 mil mdd, y más de un 110% del PIB,  al término del gobierno de Alberto Fernández y la llegada de Javier Milei.  También hay países con deudas menores como México, cuya deuda solo equivale a un 48% del PIB aprox. Pero que creció de cerca de 9 billones de pesos a los 14 billones que son en la actualidad a pesar de no haber contratado créditos sino solo para refinanciamiento. 

     A simple vista las deudas parecen crecer  con las alzas en las tasas de interés como las que impuso la Reserva Federal de EU desde el año pasado para aumentarlas de casi 0% al 5.5% en que las tiene actualmente, forzando a países como México a subir sus tasas de un 4% a 11.5%  que están en la actualidad, con todo lo que esto significa de aumentos en las deudas o los costos del financiamiento diario, vía CETES, Bondex etc.  Es la misma historia en Europa donde el alza reciente de las tasas llevó a Inglaterra y a Italia a una “crisis de deuda”, como la de cualquier país del tercer mundo o como la que vive Turquía desde antes de la pandemia.  Hay otros mecanismos que hacen crecer la deuda como un tumor canceroso. Las llamadas “reestructuras”, donde la deuda se reprograma a más largo plazo a un costo que se agrega a la propia deuda o “te prestan para que les pagues”, transfiriendo de algún banco a otro y cargándolo la cuenta al país víctima.  Por supuesto, todo esto se hace a cambio de que el país sacrifique a su población aumentando tarifas, devaluando la moneda, recortando el gasto con despidos masivos de empleados públicos, recortando servicios de salud y de educación y, por supuesto, reduciendo pensiones y salarios como lo vemos ahora en Argentina.

  Sin  embargo, dado que  la deuda crece también en el sector industrializado o en la propia China ahora una potencia industrial,  que tienen una deuda de alrededor de 17 billones de dólares;   existe una causa “intrínseca” que han estudiado economistas como Alexander Hamilton el creador del Banco Nacional de EU y su sistema de crédito público; el propio Karl Marx y de los pensadores modernos Lindón H Larouche. Ellos han encontrado que “no existe una relación” entre la emisión de préstamos y el cobro de sus intereses y el proceso reproductivo o económico de la sociedad.  Los préstamos o capital financiero exigen una paga que la economía no puede generar porque camina con tiempos diferentes y sus rendimientos físicos no se realizan pronto en el mercado en forma de dinero.  Así que siempre la economía real se atrasa en relación a las exigencias del sector bancario. Poco a poco, los capitales prefieren buscar “ganancias más rápidas” abandonando el mundo productivo para irse al mundo especulativo o a los “parálisis fiscales y de mano de obra barata”, en donde las ganancias sean muy altas. Hamilton proponía por eso “moratorias periódicas a la deuda”y  que es algo que parecen estar implementado los chinos ahora. Occidente no, se mantiene refinanciado deuda a costa de sacrificar y destruir la economía real y a la gente como podemos ver en Argentina en este momento.  

 La otra causa para el endeudamiento creciente de países como México, la propia Argentina y todo el llamado “tercer mundo” o “mercados emergentes” como nos dicen ahora para chamaquearnos; son las llamadas “condiciones de intercambio”, que siempre nos han sido desfavorables pues vendemos materias primas o productos maquilados y tenemos que comprar tecnología, avances científicos, maquinaria sofisticada y pesada etc. que cuestan muchísimo más, y tenemos que dar “mucho por poquito” a la hora de intercambiar. 

  Quizá por eso, desde 1815 hasta 1946 México fue un país que decidió no pagar la deuda , sobre todo la británica, para “no destruir la nación” como decía el presidente Benito Juárez o porque “debemos poner primero el bienestar del pueblo antes que la deuda” como decía el Gral. Lázaro Cárdenas.   En la antigüedad, al menos desde  Solón (638-558 AC), hubo dirigentes que quisieron resolver el lastre de la deuda suspendiendo los pagos y los cobros de esta. También Julio Cesar hizo algo al respecto y se habla de que la Conspiración de Catilina (63 AC) fue por las mismas razones. En ese sentido, en nuestro México, Alberto J Pani, secretario de hacienda en 1933-34, ideó una forma de resolver esa “contradicción interna del capital”, emulando a Hamilton y decidido recuperar la economía de los efectos de la gran depresión mundial con la EMISIÓN MASIVA DE CRÉDITO dirigido a la producción mediante un sistema de redescuento de facturas. Es decir, solo se prestaba dinero público, si este iba dirigido a proyectos tangibles y visibles de producción. Pani demostró además, que el aumento del crédito en esa forma no generaba inflación como decía la corriente “deflacionista” de Manuel Gómez Morín. 

https://www.imf.org/.../riding-the-global-debt-rollercoaster

https://panampost.com/.../deuda-publica-la-herencia-de.../

https://datosmacro.expansion.com/deuda

https://www.palco23.com/.../la-deuda-publica-de-la...

 

https://www.epdata.es/.../desempleo-pib-inflacion.../432