22/Nov/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Octubre 1º de 1892: Se funda El Banco de Nuevo León, primera institución bancaria local. De 1890 a 1910 se dio la primera gran industrialización de Monterrey, y urgía su apertura por lo que, con capital de 2 millones de pesos entre 20 mil acciones, Don Evaristo Madero invirtió convocando a Marcelino Garza, Constantino de Tárnava, y a Ernesto Madero a que hicieran lo propio. Nombró director a Viviano Villarreal y se abrieron 18 sucursales en Tampico, Ciudad Victoria, Laredo, Sierra Mojada, Matamoros, Ciudad Porfirio Díaz (hoy Piedras Negras), Monclova, Torreón y Cuatro Ciénegas. Daba servicios de ahorro y crédito a agricultores, productores urbanos y mineros. Aunque desde 1855 la Ley de Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación del Distrito y Territorios (Ley Juárez) regresó la jurisdicción mercantil a los tribunales civiles, el abrogado Código Lares seguía impulsando a la economía regiomontana. Entre 1854 y 1890 fueron comunes los protocolos notariales sobre libranzas y letras de cambio. En 1884 se publicó un segundo código de comercio que será remplazado hasta 1990. En 1892 ya había en Monterrey comerciantes prestamistas, que serán banqueros. El uso de la letra de cambio a nivel regional surgió por el gran intercambio mercantil y monetario, una muestra del poderío de Monterrey. Se utilizaba para pagos en otras ciudades, cambios de moneda extranjeras y para otorgar créditos. Pero la revolución mexicana intervino casi todos los bancos del país, y algunas casas particulares cumplieron este rol, como las de Guillermo López (1913), Ramón Elizondo (1914), Sada Paz Hermanos (1916) y Adolfo Zambrano e Hijos(1917). Carranza creó la Comisión Reguladora de Instituciones de Crédito para comprobar el cumplimiento de la ley que restringía la emisión de billetes, y a juicio de la Comisión, el Banco de Nuevo León y el Mercantil de Monterrey fueron incautados en 1916.  En la post revolución existía abundancia de bilimbiques así que al llegar los gobiernos de Obregón y Calles, reconstruyeron el sistema bancario en base al crédito para el desarrollo. Surgieron la Compañía Mexicana de Préstamos Acumulativos de Monterrey en 1922 y el Banco Comercial de Monterrey en 1927. Se revitalizaron el Banco de Nuevo León y el Mercantil del Norte. Y dos personajes nacionales aportaron para el resurgimiento de la banca regiomontana: Aarón Sáenz y Manuel Gómez Morín que hicieron posible la creación del Centro Bancario de Monterrey. La crisis mundial a la Bolsa de Valores fue trágica y modernizadora de la banca local, y al final en 1935, inició otro auge la banca regiomontana gracias a la creación de la Bolsa de Valores de Monterrey, que operó desde 1950, hasta 1974. En la década de los años 40 del siglo XX el Banco de Nuevo León se fusionó con Banco Mercantil de Monterrey. Entre 1950 y 1970  florecieron numerosas instituciones bancarias locales, pero otra crisis trajo la devaluación de 1976, y la paridad pasó de 26 a 47 pesos por dólar. La caída de los precios del petróleo, la devaluación del peso y la moratoria de la deuda externa tuvieron como consecuencia la nacionalización de la Banca en 1982, y siete bancos regiomontanos se nacionalizaron: Serfín, Banpaís, Banco Mercantil del Norte, Banco Regional del Norte, Banco Monterrey, Banco Popular y Bancam. Hasta que Carlos Salinas en 1990 privatizó la banca resurgiendo los banqueros regiomontanos: Eugenio Garza Lagüera compró Bancomer; Adrián Sada, Serfín; Jorge Lankenau, Confía; y Roberto González, Banorte.  Sin embargo, el ingreso de capital extranjero a la banca, causó que los regiomontanos perdieran el control de los bancos. Confía  pasó a Citibank, Serfín fue comprada por Santander, y Bancomer por Banco Bilbao Vizcaya. Sólo Banorte –que adquirió IXE en 2010- Afirme y Banregio son ahora los representantes de la banca regiomontana, más algunos bancos nuevos como Bancrea, y otros.