23/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Junio 08 de 2000: muere en Ciudad de México Manuel Espinosa Yglesias, empresario grande y presidente del Banco Bancomer. Nació en Puebla el 09 de mayo de 1909, y a la muerte de su padre quedó al frente de una cadena de salas cinematográficas en Puebla y en Tlaxcala. Terminó comprando la mayoría de las acciones de la Compañía Operadora de Teatros, COTSA, de cobertura en todo el país. En 1950 Espinosa Yglesias entró como consejero sustituto al Consejo de Administración de Bancomer, y para 1955 ya era el propietario de la mayoría de las acciones de esa importante institución bancaria, recibiendo cuatro años más tarde el nombramiento de director general. Inmediatamente Espinosa Yglesias se dedicó a construir una red de 23 bancos locales en diversos estados del país estableciendo el Sistema de Bancos de Comercio. En 1957 constituyó una Financiera, una Sociedad Hipotecaria, una Inmobiliaria y la Aseguradora Bancomer, con lo que este banco tenía el nivel de Banca Múltiple. 

Bancomer con el liderazgo de Espinosa Yglesias se convirtió en el banco más importante de América Latina. Su éxito se basó en incorporar al nivel de socios a sus acreedores, y el crecimiento de Bancomer fue espectacular. MEY comenzó a declarar de los aspectos económicos del país postulando que, en vez de pedir prestado a los bancos extranjeros, se debía fomentar la inversión extranjera, que representaba la entrada de grandes cantidades de divisas. Fue presidente de la Asociación de Banqueros de México, y su opinión modificaba esquemas de la Iniciativa privada y del gobierno federal. Impulsó varias fundaciones con el propósito de apoyar los estudios económicos y de realizar labores filantrópicas. Sin embargo, el presidente López Portillo estatizó la Banca mexicana en septiembre de 1982, y Bancomer pasó a ser un banco del gobierno. Y cuando el tradicional péndulo de la política mexicana se hizo presente, se reprivatizaron los bancos en los años noventa, y Manuel Espinosa Yglesias intentó recomprar Bancomer, pero no se le permitió adquirir ni siquiera las empresas filiales de su querido Banco. Así se fue al viaje sin retorno, molesto, uno de los más grandes banqueros mexicanos de todos los tiempos.