05/Oct/2024
Editoriales

Los automóviles corren como bólidos

Monterrey es líder nacional en accidentes automovilísticos. Lo es porque todos tenemos urgencia para llegar a nuestros destinos, y existen elementos que la provocan como los congestionamientos viales que desesperan a los conductores; las desviaciones por la construcción simultánea de varias líneas del Metro y la ampliación de las banquetas; la falta de buenos señalamientos y, desde luego, las altas velocidades que alcanzan los autos modernos.

 Porque cuando un vehículo transita a alta velocidad, cualquier pequeño imprevisto se convierte en grave peligro de accidente. Y la historia registra que por ello el Parlamento Británico aprobó el 5 de julio de 1865, la Primera Ley del mundo que limitaba la velocidad de los automóviles. Sin embargo, estos señores se fueron al extremo (al baño, dirían los jóvenes) al determinar súper multas al conductor que corriera a grandes velocidades, tanto así que ningún vehículo transitaba a más de ¡6 kilómetros por hora! que era la velocidad permitida.

 Esta medida se tomó porque Inglaterra fue la primera nación que registró accidentes automovilísticos mortales, y los viejos decían que eran mejor los vehículos tirados por animales por ser más seguros.

 La ley aprobada se llamaba Locomotiv Act, y duró tres décadas, lo que frenó el desarrollo de la industria automotriz británica. No sólo limitaron la velocidad a seis kilómetros por hora, sino que también debía correr delante del automóvil una persona con un trapo rojo para alertar a los peatones del peligro que se les venía encima.

 Por ello los fabricantes de automóviles no querían desarrollar nuevos vehículos automotores mientras el gobierno continuara con la drástica medida del corredor delante del automóvil, y así se transportaron por todo el tiempo mencionado.

 Esto hizo que la industria automovilística inglesa se rezagara frente a las de Francia, Alemania y Estados Unidos.

 En cambio, actualmente los automóviles ingleses desarrollan velocidades como si “volaran bajito” como decía molesta mi madre cuando viajaba conmigo y veía el velocímetro del automóvil.

 Por eso en nuestra Ciudad suceden accidentes inverosímiles. En las fotografías del departamento de tránsito hemos visto autos chocados encima de otros, y algunos hasta arriba de los árboles.

 

 El uso del automóvil cada vez se advierte más complicado y el valor de cada unidad, ya compite con lo que cuesta una vivienda. Así que no tenemos más alternativa que mejorar el sistema de transporte masivo y disminuir el exagerado uso intensivo de esas máquinas que llamamos autos que circulan como bólidos en las avenidas citadinas.