11/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Febrero 6 de 1974: Muere en Monterrey, a unos días de cumplir 76 años de fructífera existencia, el ingeniero Constantino de Tárnava, precursor de la radiofonía en México y América Latina. Nació en nuestra Ciudad el 26 de febrero de 1898, en el hogar de Constantino de Tárnava de Llano y Octavia Garza, siendo desde muy joven un auto didacta del funcionamiento de los equipos eléctricos. Estudió sus primeras letras en el colegio marista Hidalgo de nuestra Ciudad, y en 1918 siguiendo su vocación, fue a estudiar Ingeniería eléctrica a la Universidad de Notre Dame, en Indiana, EUA. Durante sus vacaciones de verano venía a Monterrey y en su casa ubicada en las calles de Guerrero y Padre Mier, armó un sencillo equipo radiofónico de apenas 50 watts con componentes de desecho (bulbos y despojos de aparatos eléctricos) de la Primera Guerra Mundial, transmitiendo a dos radioaficionados que había en Monterrey: Rodolfo de la Garza, gerente del Banco Nuevo León, y R. Bermúdez, fabricante de acumuladores. Ya para sus vacaciones de verano de 1920 Constantino de Tárnava transmitió las noticias que leía de El Porvenir, y el 8 de octubre de 1921 logró la primera transmisión de radio en vivo en América Latina, desde la sala de su casa paterna en forma experimental. Bautizó a su estación de transmisión de radio con el nombre de TND (Tárnava Notre Dame) como la Primera Radiodifusora de Monterrey, y el siguiente paso fue ampliar su potencia y le llamó CYD, para terminar denominándola XEH, ya en el año de 1929, transmitiendo en forma comercializada identificándola como La Voz de Monterrey. El 19 de marzo de 1930 nació la segunda estación de radio en Monterrey, identificada por las siglas XET, en las calles de Hidalgo y Galeana, propiedad de Emilio Azcárraga Vidaurreta, tamaulipeco avecindado en Linares, quien después –en septiembre de 1930- fundara en la ciudad de México, la XEW. En 1923 el presidente Álvaro Obregón le dio a Tárnava el permiso oficial 24-A para transmitir programas culturales y nuestro paisano alcanzó a transmitir por control remoto un programa, otra innovación de talla internacional en todo el continente Latino. Pero como Tárnava era un genio, además importaba y fabricaba aparatos eléctricos que vendía casa por casa en el centro de la ciudad, y por si fuera poca su aportación al desarrollo de la Ciudad, en 1926 fundó el “Observatorio Meteorológico Constantino de Tárnava”. Su historia es representativa de los regiomontanos que han hecho grande a nuestra Ciudad con trabajo y creatividad. Le dio a Monterrey la dimensión de ser la Ciudad pionera en la radio en Latinoamérica, y además pionera con el primer Observatorio Meteorológico, ambas ramas de la ciencia colocaron a nuestra querida Ciudad a la cabeza del desarrollo nacional.