27/Jul/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 11 de 1877: muere fusilado en Monterrey a los 47 años de edad el general cienagüense Julián Quiroga Villarreal. Nació en enero de 1829 en Ciénega de Flores, en el hogar de Cirilo Quiroga y María Gertrudis Villarreal. Fue atraído por el oficio de las armas desde que era un adolescente, luchando contra los indios salvajes del Valle de las Salinas. Al llegar la Guerra de Los Tres Años a Nuevo León, Quiroga participó en el Ejército del Norte dirigido por Santiago Vidaurri a las órdenes de Ignacio Zaragoza, quien lo ponderaba como uno de los mejores militares del estado. Sin embargo, luego de la derrota sufrida por el ejército del Norte en Ahualulco, la nómina de Jefes Militares se partió en dos: la mayoría de ellos se incorporó al Ejército Federal, mientras que sólo el General de Generales Juan Zuazua y Julián Quiroga se quedaron con Vidaurri. Pero acaeció la muerte de Zuazua por lo que Quiroga terminó siendo el brazo armado del lampacense.  Posteriormente, sobrevino la invasión francesa y Vidaurri asciende a Quiroga al grado de Coronel y, cuando se da el rompimiento de Juárez y Vidaurri, Quiroga continúa siendo leal al gobernador neolonés y acompaña a su jefe en abril de 1865 como co - firmante de un comunicado en el que se declaran partidarios del emperador Maximiliano. A partir de ese momento Quiroga comenzó a figurar como funcionario imperial, siendo ascendido a general, hasta que se restableció la República y Quiroga se acogió a la amnistía decretada por Juárez, salvándose de ser ejecutado. Luego se incorporó a la fallida Rebelión de la Noria liderada por Porfirio Díaz en contra de Juárez, hasta que murió el Benemérito de Las Américas en 1872, y su sucesor Lerdo de Tejada lanzó otra amnistía y Quiroga se amparó en ella para sumarse ahora al proyecto de Lerdo, por lo que acompañó a Carlos Fuero en la Batalla de Icamole contra Porfirio Díaz, Jerónimo Treviño y Francisco Naranjo. A pesar de que esa derrota le dolió mucho a Díaz, cuando asumió el poder perdonó a Fuero, pero no a Quiroga, por sentirse traicionado, así que fue acusado del crimen de un abogado coahuilense y de fraguar acciones en contra del régimen por lo que fue condenado a muerte en nuestra Ciudad por un tribunal que presidió José María Mier, siendo pasado por las armas en un paredón de la calle Puente Nuevo, hoy calle de Zuazua, en un día como hoy del año 1877.