La exposición interactiva Mi primera vez invita a la exploración de los alimentos, a través del arte y la creatividad, en el Colegio Civil Centro Cultural Universitario, que se llevará a cabo desde el 8 de noviembre.
Eva está impactada con el maíz y Natalia se asombró con el jengibre; la infancia está llena de sorpresas. Por eso, esta exposición contiene elementos lúdicos y participativos, que se exploran por medio de los sentidos y el arte.
La propuesta de “Una escuela de colores”, de la artista Cynthia Robleswelch, es la experiencia capturada en fotografía del primer encuentro de niños y niñas con alimentos, que para ellos son desconocidos.
Este trabajo fotográfico estuvo a cargo de Juan Rodrigo Llaguno, artista regiomontano con más de 30 años de práctica con el retrato y registro contemporáneo del norte de México.
Entre semillas de cacao, el olor del limón y la textura de brócoli, la sala acristalada del primer piso del Centro Cultural Universitario se volvió una zona de conocimiento sobre la cultura alimentaria.
“Mi primera vez, por polémico que parezca y suene, es simplemente una oportunidad para conectar con el alimento, a través del juego”, explicó Robleswelch, “y encontrar la vida en una semilla por pequeña que parezca y devolverle el valor que ésta tiene”.
La exposición, que permanecerá en Colegio Civil hasta febrero del 2019, permitirá la interacción gracias a las cajas sensoriales que contienen alimento y La Mesa de la Vida, la cual la artista señala como un ejercicio de atención plena, donde la familia entera se puede sentar a descubrir la comida.
“Yo, con ‘Una Escuela de Colores’ siempre he pensado que el niño aprende a partir del juego, entonces está bien padre cuando, en una experiencia como esta, el niño pueda tocar, oler y, lo más bonito para mí, es que puedan tener interacción con alimento real.
“Para que cuando salgan todos, puedan decir: ¿y si lo pruebo?”, dijo Robleswelch, como parte de la búsqueda de crear contenidos para la familia, a través del arte.
Sobre el título de la exposición, la fundadora de “Una Escuela de Colores” señaló que la idea surgió por la razón de ser de la infancia, en donde los niños están en constante descubrimiento.
También es la primera vez que Robleswelch reúne, en la UANL, un proyecto junto a Llaguno, así como con la escultora mexicana Cristina Brittingham y la educadora en alimentación Georgina Mayer, quienes colaboraron en la exposición.
Mi primera vez. Descubriendo y creando vínculos con el alimento se realizó con el apoyo de la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL, a través de la Coordinación de Cultura Infantil y Juvenil, a cargo de Priscila Narro.
La obra de Robleswelch invita a la exploración de sabor, texturas, sentidos y arte. Estará abierta para visitas escolares hasta el mes febrero de 2019.