07/Sep/2024
Editoriales

Los observadores electorales internacionales. Polería.

Extrañamente durante el proceso electoral del 2 de junio pasado, los observadores internacionales que tanto se dijo traerían el aval de la ONU no vinieron, o si estaban presentes, no supimos en dónde observaron el proceso de marras.

Se debe aclarar que el término ‘de marras’ significa que ‘es conocido sobradamente’, pues ya se sabía cuál sería el resultado, prueba de ello es que la mismísima candidata de Morena dijo que la elección era ‘un simple trámite’.

Era menester aclararlo porque eso de ‘proceso de marras’ pudo haberse interpretado como un proceso sucio, empuercado o de marranos, y esa jamás fue nuestra intención.

Regresando a la hinchazón, nos dicen que si, que sí vinieron aunque hemos de confesar que a estos observadores electorales no lo vimos ese día, ni los subsecuentes, mientras que la secretaria de gobernación daba ‘los resultados’ preliminares.                 

Obviamente que en forma alambicada y gracias a nuestros espías trascendió el listado de los incorruptibles observadores electorales que vinieron de los más representativos países del mundo.

El reporte de los primeros nombres que responden a estos dignos observadores son:

Por Alemania vino a verificar la limpieza del proceso: Herr Doktor Otto von Frauden.

Por Arabia Saudita asistió para revisar que votaran solo mexicanos, Elim Postor.

Por la hermana república de Brasil, específicamente del mero Foro de Sao Pablo, estuvo revisando todo el proceso el finísimo representante de la honradez: T. Del Falcao do Nascimento.

No podía faltar el representante de nuestro país vecino y gurú político de Cuba, el mero coordinador de la brigada médica electoral, el gran Silvió Panada.

Desde luego que de la democrática república de Irán enviaron al Ayatole Koneldedo.

Y de la república de Finlandia, un poco resentido porque acabamos de igualarlos en materia educativa, pero de todas formas los finos finlandeses enviaron como observador imparcial al tradicional Aytrin Kette

Extraoficialmente nos informan que vinieron otros observadores internacionales de otros tantos países igual de democráticos, pero que sus nombres no serán revelados sino hasta que se agote el proceso electoral de Estados Unidos.