Enero 26 de 1811: llega a Monterrey el ingeniero Mariano Jiménez, quien declara la independencia del Nuevo Reino de León, durante la primera etapa de la insurgencia encabezada por Miguel Hidalgo y Costilla. El ocho de enero anterior había entrado de improviso a nuestra pacífica ciudad el coronel Carrasco enviado de Jiménez, quien de forma preventiva detuvo al gobernador de nuestro estado, Manuel de Santa María, así como a su segundo, el lampacense Juan Ignacio Ramón, hasta recibir nuevas órdenes.
El 17 de enero se produciría un quiebre en la guerra de independencia, pues Félix María Calleja derrotó al ejército insurgente en la batalla de Puente Calderón, cercano a Guadalajara. Dos días antes de que llegara Carrasco a Monterrey, el gobernador Santa María se había pronunciado en favor de la independencia nacional, pero la avanzada insurgente no lo sabía así que lo apresaron. Sin embargo, el 26 de enero llega Jiménez, y los libera (a Santa María y a Jiménez) pues ya estaba seguro de su adhesión a la causa independentista, pues desde diciembre anterior Jiménez y Ramón habían platicado en Puerto Carnero -vía epistolar- de la necesidad de independizarse de España y abolir el sistema de castas, y el gobernador Santa María estuvo de acuerdo con el ingeniero Jiménez.
Así que se incorporan a la lucha insurgente Santa María y Ramón, por lo que Jiménez nombra como gobernador al salinense José Santiago Villarreal quien rápidamente fue apodado "El virrey chiquito". Es en ese momento cuando se conoce la noticia de la derrota insurgente en Puente Calderón, y del éxodo de las tropas de Hidalgo y Allende rumbo al norte por lo que Jiménez acompañado de los nuevos caudillos insurgentes Manuel de Santa María y Juan Ignacio Ramón, se van el 8 de marzo a Saltillo a esperar a sus correligionarios derrotados. Ahí se encuentran Allende, Aldama e Hidalgo con Jiménez y sus nuevos aliados Santa María y Juan Ignacio Ramón, saliendo todos el 17 de marzo rumbo a la traición en Acatita de Baján, que luego comentaremos con mayor detalle.