Julio 25 de 1693: fundan Ignacio de Maya y Pedro Echeverz y Subisa, el Real de Santiago de las Sabinas (hoy Sabinas Hidalgo), en un bello paraje en el que existía un refrescante ojo de agua, y una gran cantidad de árboles sabinos. Sin embargo, hay el antecedente de que desde un año antes -en 1692- habían poblado ese lugar el general Ignacio de Maya y el pbro. Francisco de la Calancha y Valenzuela, considerado como el primer poblador del Real de Santiago de las Sabinas. 

Ignacio de Maya era administrador de los bienes del Marqués de Aguayo, distinguido personaje que era vecino de Santa María de las Parras y la Hacienda de Patos, en General Cepeda, Coahuila; mientras Francisco de la Calancha y Valenzuela era Presbítero y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición. 

Esto explica en parte que desde 1692 hasta 1714 las propiedades en el Real de Santiago de las Sabinas estuvieran en manos fundamentalmente del Licenciado Francisco de la Calancha y de su hermano el Capitán Pedro de la Calancha y Valenzuela.

El pueblo fue progresando gracias al esfuerzo de sus habitantes, y fue hasta 1825 cuando la Constitución Política del Estado concedió la calidad de Valle a Sabinas, con derecho a tener Ayuntamiento. Fue en 1829 cuando fue elevado a Villa, distinguiéndose por ser un pueblo de avanzada cuando en el año 1906 circuló por sus calles el primer automóvil de combustión interna de todo el estado, y para 1976 se había convertido en el más importante punto de descanso y comercio en la Carretera Nacional 85 México-Nuevo Laredo.

Entre sus variados personajes distinguidos se encuentran Manuel M. García, exitoso empresario y filántropo; el poeta Antonio R. del Valle; el maestro Francisco J. Montemayor; el compositor Armando Villarreal, el industrial Gregorio Ramírez, el político Rogelio Villarreal Garza;  el cronista Celso Garza Guajardo; el maestro Oscar González Valle; las distinguidas sabinenses benefactoras Josefina Valadez de Mascareñas y Virginia Ayala de Garza, deportistas y artistas de gran calidad.