Noviembre 12 de 1974: Rompe el presidente de México las relaciones diplomáticas con el régimen de Augusto Pinochet, en represalia por la muerte de Salvador Allende Gossens, acaecida el día 11 de septiembre de 1973, en el ataque al Palacio de la Moneda en la Ciudad capital de Chile. El embajador de México, ingeniero Gonzalo Martínez Corbalá brindó refugio y asilo político en el momento preciso a cientos de chilenos que temían por su vida, pues se instaló una cruel dictadura que hasta la fecha sigue teniendo presencia en la política chilena. Este fue un rompimiento de relaciones diplomáticas entrambos países que duró hasta 1990, cuando entró a gobernar Patricio Aylwin.
El ingeniero potosino Martínez Corbalá recordaba -décadas después- con lujo de detalles los hechos de septiembre de 1973. Explicaba que, como había problemas con la aeronave que llevaría a México los refugiados chilenos, solicitó otro avión para 220 pasajeros, y partieron el 25 de septiembre en una nave DC-8 de Aeroméxico desde Ciudad Santiago a la Ciudad de México, no sin antes vencer importantes obstáculos que el pinochetismo armó para impedir el vuelo. Posteriormente fueron trasladados otros chilenos en vuelos comerciales de Canadian Pacific, quienes llegaron en calidad de asilados políticos, y entre ellos llegó Laura Allende Cossens, hermana del ex presidente Allende. Desde las elecciones presidenciales de Chile en donde se alzó con la victoria Allende, dadas su extracción e ideología de izquierda, hubo intervenciones encubiertas por agencias de espionaje de otras naciones, especialmente de Estados Unidos, para influir en la votación. Los resultados electorales fueron de 36.3% para Allende, 35% para Jorge Alessandri, y 27.8% de los votos para Radomiro Tomic. Ante esos resultados tan apretados, desde el principio se vio una sociedad muy dividida, y como el presidente Allende se vinculó a Cuba, las cosas se fueron calentando con la derecha orgánica hasta el golpe de estado que capitalizó Augusto Pinochet. Este rescate de refugiados y el rompimiento de relaciones diplomáticas con Chile es uno de los episodios de la política exterior mexicana que le dieron amplio prestigio internacional, pues no había temor al enfrentamiento diplomático en cualquier ring y con cualquier nación, sin importar su tamaño o agresividad. Es una lástima que actuaciones posteriores de subordinación y entreguismo al poderoso imperio norteamericano haya mermado ese prestigio. Y ahora hay una amenaza de que nuestro territorio se convierta en el amortiguador de la migración mundial que tiene como destino vivir en Estados Unidos.